Desde el momento en que el hombre recoge al perro, se crea un vínculo inquebrantable, y el perro lo sabe. Muchas personas se habrán sentido identificadas con esta sensación, personas que han rescatado a un perro de una perrera, que se lo han encontrado vagando por la calle, etc. Esto es justo lo que le pasa a los protagonistas, tanto el hombre como el perro saben que esa amistad que les une será para siempre. Hachiko nos muestra ese lado de las mascotas, el de la lealtad, cuando va a la estación día tras día a esperar a su dueño que de pronto un día, deja de aparecer por la puerta.
Aún estando en una casa distinta, con la hija ya casada de su dueño, el perro encuentra la manera de escaparse y seguir con la que fue su misión desde que ese hombre lo recogió: ir a buscar a su dueño después del trabajo a la estación de trenes.

Además no es una historia infundada, sino basada en el real Hachikō, un perro japonés de raza akita conocido como "el perro fiel" por esperar en la estación de tren por la que su dueño iba a trabajar, diez años tras su muerte, hasta fallecer también.

Sin duda una película muy bonita, que te hará reflexionar sobre el trato que damos y sobre todo que recibimos de los animales.