En el mundo de los ordenadores, con software que valen su peso en oro y son capaces de hacer auténticas virguerías, en pleno siglo XXI que es dominado por las máquinas y la artesanía parece pasada de moda, llega ‘Anomalisa’ para dejarnos mudos.

La película stop-motion salida de la mente del guionista Charlie Kaufman, siempre interesante, es una rareza visual que aseguro os hará pensar y deleitará a aquellos que sean capaces de darle una oportunidad. Kaufman se inmersa de lleno en las relaciones humanas centrándose en el elemento de la voz y como una en concreto puede salvar a cualquier persona.

Durante gran parte de su metraje (sobre todo en su parte inicial) ‘Anomalisa’ se asemeja en muchas cosas a ‘Lost in Translation’ de Sofía Coppola, rodando la película de un ambiente triste y melancólico. El protagonista se encuentra muy solo en el mundo, tan hastiado de todo y de todos que todos le suenan igual: todos tienen la misma voz. Entonces aparece el personaje de Lisa para trastocar por completo su mundo. Es curioso como un elemento tan simple, es capaz de dar tanta profundidad a la historia. Y es curioso que Kaufman, un tipo cuya originalidad es desbordante pero que también suele ser un tanto enrevesado, sea el autor del libreto.

El desarrollo de la historia se complementa con una animación mediante stop motion que resulta brillante. Paisajes, escenarios, personajes… hay tantos detalles en los que fijarse que seguro que me dejo más de uno en el tintero.

Película que invita a la reflexión. Hace un par de días que la vi y aún no se me va de la cabeza. Es increíble como tanta sencillez y ternura casan tan divinamente. Recomendable.

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