Si hay algo bueno, a parte de la gran revolución que supone para el espectador el hecho de tener cualquier tipo de contenido en el momento en que quiere verlo, es el hecho de lograr que Netflix se arriesgue con propuestas que en ningún otro sitio de la televisión, tal y como la conocemos, veríamos. Además, tienes contenidos a la carta con la duración que quieras. Si quieres episodios de una hora, cuarenta minutos, veinte minutos… Ese es el caso que nos ocupa.

‘The End Of The Fucking World’ es una pequeña miniserie británica basada en la novela gráfica de Charles Forsman que, precisamente, no es la típica historia de chico conoce a chica. James y Alyssa, dos adolescentes rebeldes que se embarcan en un viaje por carretera como nunca habían imaginado. El arranque difiere en que el chico (traumatizado por una tragedia familiar) quiere matar a la chica (que también tiene una situación familiar de mear y no echar gota), pero la va cogiendo cariño.

A partir de ahí, mediante episodios cómodos de corta duración, asistimos a una especie de ‘Bonnie & Clyde’ pero en el siglo XXI y con más toques de humor. No deja de ser una retorcida historia sobre el amor, sobre dos adolescentes que no terminan de encontrar su sitio en la sociedad y, permaneciendo juntos, parece que todo encaja.

Sin duda, hay que resaltar, por encima de todo, las buenas interpretaciones de la pareja protagonista, del desconcertante Alex Lawther y de Jessica Barden, que hace una gran labor logrando desquiciar por momentos al espectador y cogiéndola cariño en otros. Además, hay cierto toque novedoso, no es lo mismo de siempre, realmente no sabes lo que va a suceder hasta que las piezas del pequeño puzle no han encajado por completo.

Es decir, ‘The End Of The Fucking World’ es curiosa y se ve en un pispás. No deja poso, es entretenida y da la sensación de que podría haber terminado de cualquier forma.

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