Sorprende en esta película positivamente la ambientación en exteriores e interiores (no sabemos si generada por ordenador), el vestuario, los encuadres tan trabajados, la música, los paisajes supuestamente de Ucrania, etc. Sin embargo, le falta solidez al guion, todo resulta muy esquemático y previsible.
El protagonista además resulta muy mayor para la verdadera edad del personaje real el periodista galés Gareth Jones. La figura de George Orwell está metida con calzador y se desarrolla muy poco. La periodista amiga de Jones en Moscú también está muy poco dibujada, parece obedecer a ciertas cuotas.
A veces la forma de filmar de Holland recuerda a Paul Greengrass con esa textura temblorosa de planos agobiantes. Creo que este personaje y la hambruna de Ucrania merecen que se haga en el futuro una película más redonda.