Por edad, pertenezco a esa generación que creció con Dragon Ball y Saint Seiya, probablemente las dos series de animación más populares en los 90 en España. A mí me flipaban literalmente 'Los caballeros del zodíaco', como se llamó aquí a la serie que primero emitió parcialmente TVE. Era un friki de los pies a la cabeza. Más tarde, cuando Telecinco emitió la serie completa, con sus ciento y pico de episodios, me la tragué enterita y mi grado de 'frikismo' aumentó más si cabe.

Luego vendría la película que nos ocupa, cuyas imágenes sirvieron para ilustrar los créditos de inicio de la serie, al menos así fue en la versión que vimos en España. Recuerdo que la primera vez que vi esta película fue un día feliz para mí. Encontraba supercarismático al dios Abel, su antagonista, tanto que recuerdo haber llamado así a algún personaje de rol, otra de mis aficiones, como buen friki.

Después, vendría el enfriamiento de mi pasión pro Saint Seiya. Supongo que sería cosa de la edad, pero lo cierto es que algunos años después hice el intento de ver los otros OVAs que precedieron a esta película. Sí, digo bien: el intento, porque no terminé de ver ninguno, ya que no me gustaron.

Ahora he querido revisionar esta película. Y nada ha cambiado desde la última vez. Me ha parecido una pobre experiencia. Incluso donde en su momento veía a un personaje muy carismático, Abel, ahora veía a un hortera cuando menos. Si aceptamos como un criterio válido para valorar la calidad de una obra de animación su capacidad de resultar atractiva a los ojos de cualquier espectador, sea cual sea su perfil, incluida su edad, entonces podríamos decir que esta película no tiene calidad suficiente. Aún así, he decidido ponerle un 5, por los buenos momentos que me hizo pasar en su tiempo.