Siempre me he caracterizado por ir a mi bola y eso trae cosas malas y cosas buenas. Pero en esta época de mi vida, me doy cuenta que pesan más las malas (paro ya de hablar de mí que me voy pareciendo peligrosamente a Vincent Finch). Descubrí la serie gracias a un muy buen compañero de piso durante mi fracasada estancia en Córdoba. Y me quedé asombrado con este personaje que te puede seducir de lo bueno que es. Es cierto lo que el propio David Suárez escribe en su blog sobre el personaje: "Nos gusta porque todos tenemos algo de Vincent Finch, aunque nos callemos porque sabemos que muchas cosas es mejor no decirlas en alto". Finch es un individuo a evitar, lo que nadie debería ser, y es eso lo que Suárez quería mostrarnos. La serie sólo duró 6 capítulos y la mató e hizo bien. Alargarlo sería destrozar y vender a un personaje que trata de ir contra la sociedad existente haciendo una sátira del egocentrismo que hay hoy día. Eso se puede ver claramente y, aunque yo, que estoy un poco apartado del mundo, ahora no lo veo. Sí que pude ver ejemplos pequeños de un personaje tan repulsivo y odioso como éste en mi estancia en la ESAD de Córdoba. Gente que se cree guay por haber hecho dos mierdas, que pone en grupos de whatsapp constantes fotos de lo que comen o con quién están, que se creen "estrelllitas" sin haber hecho nada. Eso lo pude ver yo y me recordaban a Vincent Finch. Veía la serie y los veía a ellos y eran meras copias sin saberlo. Lo peor es que ni siquiera dudaban de que estuvieran haciendo mal con su comportamiento. La serie nos ofrece una sátira perfecta del ombliguísmo del mundo actual, nos muestra todo lo que una persona debe ser y hacer para caer mal y tenerlo como ejemplo a evitar en tu vida. Todavía veo la serie, a ratos, una serie echa con cuatro duros con un personaje principal brutal y que espero... Como el escribe el propio David: Dentro de unos años, haga otros cuantos episodios más. Aunque espero, que la gente haya cambiado un poco ese concepto tan superficial y ególatra existente. Ver como muchos de la ESAD de Córdoba maduran mentalmente será una prueba de ello, aunque no creo que me los cruce nunca más... Son gente a evitar.