Gran documental de la vida cotidiana del 1926 en Sant Petesburgo. Planos de muy buen encuadre y composicón conforman estos 80minutos enfocados desde la visión de un cámara filmando, que nos muestra aquellos puntos de vista de la vida donde, normalmente, el ojo humano no puede llegar.

¿Qué se ve entre dos tranvías de la ciudad? ¿Qué se siente al ver a una gimnasta saltar justo encima tuyo?
Tomando una consciencia cinéfila casi impredecible para aquellos años, Vertov elabora unas magníficas fotografías (de perfecto encuadre y composición) en movimiento que, junto con un montaje muy rítmico y en parte seccionado, resumen lo que es capaz de captar una cámara de cine, la perfección de esta en comparación con nuestro ojo, el poder que tiene ante el espacio y el tiempo... Ver un gesto de fascinación tras otro, parar una carrera de caballos, mover un edificio,... y como bien sucede, acelerar el tiempo a su antojo... Realmente da vida a la cámara, que incluso a veces parece moverse por si sola ;)