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Aventuras. Drama. Terror
Con motivo de una guerra, los niños de una región inglesa son evacuados en avión. Uno de los aparatos sufre una avería y cae al mar, cerca de una isla desierta. Los niños supervivientes llegan a la isla, llevando consigo al piloto, que está malherido. En tal circunstancia, no tendrán más remedio que organizarse si quieren sobrevivir... Adaptación de la novela homónima del premio Nobel de literatura William Golding. (FILMAFFINITY)
12 de agosto de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una adaptación literaria nunca – o casi nunca – estará a la altura del papel escrito.
Cine y literatura son medios muy distintos cuando se trata de expresar y narrar una historia. Y El Señor de las Moscas es un claro ejemplo del abismo existente entre ambos formatos. Adaptar un libro a la gran pantalla es, cuando menos, atrevido.
El primer problema con el que se encuentra el director es la extensión de la obra. En este caso, la cinta apenas dura 90 minutos y sin embargo el libro cuenta con algunas páginas más. Esto obliga a sintetizar la narración. Sin embargo, a Harry Hook este hándicap parece obsesionarlo. El escaso tiempo lo empuja a comprimir y apretar el texto frenéticamente, de modo que las situaciones y escenas se amontonan mientras que las relaciones entre los personajes aparecen casi forzadas. El desarrollo interno del ser humano y el miedo ante lo desconocido de su propia naturaleza – tan importantes y claves aquí – casi parecen instantáneos, un mero trámite.
Y precisamente este frenesí causa el segundo problema de la adaptación. Traducir la frase “a Pepito se le encogió el corazón mientras las imágenes de aquél episodio cruzaban su mente” a escenas es complicado. Este libro está cargado de descripciones, de pequeñas incursiones a la mente de algunos personajes, de diálogo emocional y comunicación no verbal. Y el trabajo de cámara y montaje no ayudan a transmitir todo eso. Algunas escenas son muy planas en comparación con el libro. No se juega con los planos detalle, con el movimiento y la tensión. Todo son caras largas en primeros planos. En cuanto a la parte estética, se salva el plano de la hoguera en la cima de la montaña, con ese hermoso árbol cuyo incendio parece reflejar el mal que más tarde transformará la isla.
Las interpretaciones principales no me parecen malas - son niños, mucho más naturales a veces que demasiados adultos- , y la música en ocasiones ayuda a crear ese ambiente que las sobrias escenas destruyen. En general, el tono del film debería ser mucho más oscuro. Menos diálogo y más simbología que hable por sí sola, menos escenas de cocos y más crudeza. Tras ver los créditos, sientes que falta algo…
¿Dónde está el Señor de las Moscas en la cinta “El Señor de las Moscas”?
Cine y literatura son medios muy distintos cuando se trata de expresar y narrar una historia. Y El Señor de las Moscas es un claro ejemplo del abismo existente entre ambos formatos. Adaptar un libro a la gran pantalla es, cuando menos, atrevido.
El primer problema con el que se encuentra el director es la extensión de la obra. En este caso, la cinta apenas dura 90 minutos y sin embargo el libro cuenta con algunas páginas más. Esto obliga a sintetizar la narración. Sin embargo, a Harry Hook este hándicap parece obsesionarlo. El escaso tiempo lo empuja a comprimir y apretar el texto frenéticamente, de modo que las situaciones y escenas se amontonan mientras que las relaciones entre los personajes aparecen casi forzadas. El desarrollo interno del ser humano y el miedo ante lo desconocido de su propia naturaleza – tan importantes y claves aquí – casi parecen instantáneos, un mero trámite.
Y precisamente este frenesí causa el segundo problema de la adaptación. Traducir la frase “a Pepito se le encogió el corazón mientras las imágenes de aquél episodio cruzaban su mente” a escenas es complicado. Este libro está cargado de descripciones, de pequeñas incursiones a la mente de algunos personajes, de diálogo emocional y comunicación no verbal. Y el trabajo de cámara y montaje no ayudan a transmitir todo eso. Algunas escenas son muy planas en comparación con el libro. No se juega con los planos detalle, con el movimiento y la tensión. Todo son caras largas en primeros planos. En cuanto a la parte estética, se salva el plano de la hoguera en la cima de la montaña, con ese hermoso árbol cuyo incendio parece reflejar el mal que más tarde transformará la isla.
Las interpretaciones principales no me parecen malas - son niños, mucho más naturales a veces que demasiados adultos- , y la música en ocasiones ayuda a crear ese ambiente que las sobrias escenas destruyen. En general, el tono del film debería ser mucho más oscuro. Menos diálogo y más simbología que hable por sí sola, menos escenas de cocos y más crudeza. Tras ver los créditos, sientes que falta algo…
¿Dónde está el Señor de las Moscas en la cinta “El Señor de las Moscas”?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Me he hecho esa pregunta constantemente mientras veía la película. ¿Dónde está ese rostro macabro de jabalí que representa la deshumanización de la precaria sociedad isleña? Oscuro pasajero que todos llevamos dentro, responsable de que las palabras miedo e instinto se retuerzan la una contra la otra. Y sin embargo, apenas se le da importancia. ¿En qué punto se convierten unos hombrecitos aspirantes a un perfecto Robinson Crusoe en horribles asesinos por naturaleza? Casi tengo que intuir esa transformación gradual: las incursiones de Simon hacia su propio yo mientras explora la isla, la vergüenza que al principio sienten los cazadores ante un instinto tan primario como el de matar, los llantos de los pequeños que ansían volver a casa…