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Voto de Firehunter:
4
6,0
11.836
Ciencia ficción. Drama. Romance
Cuando Danny y Karl, dos antiguos amigos de la universidad, se reencuentran en un juego de realidad virtual, sus partidas nocturnas tendrán consecuencias inesperadas. (FILMAFFINITY)
8 de junio de 2019
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que suenen las trompetas y las campanas en lo alto de las iglesias, Black Mirror ha vuelto. Esta serie tiene una popularidad y un respeto por parte del público altísimo, considerada por muchos como la serie más original que se ha estrenado en los últimos años. El secreto de ese éxito está en una notable originalidad en el guión y un ritmo demoledor en capítulos de una hora en la que los guionistas buscan darnos una tremenda paliza mental y que nos dé para pensar varios días.
Pues para empezar Black Mirror no es esa serie perfecta que ciertas personas ven, la realidad es que esta serie en casi todos sus capítulos es muy original, pero no siempre traduce esa originalidad en algo bueno, sino que también a menudo lo transforma en algo simplemente raro pero que realmente no te dice nada. Esto en la temporada cuatro ocurrió bastante, pero vamos a entrar ya en materia, la temporada cinco y este capítulo en particular.
Este capítulo empieza como casi todos los de Black Mirror, hay que echar a rodar y para rodar se necesita un camino. El camino aquí va a ser, como siempre, el impacto de la tecnología en la vida de las personas, esta vez sobre el descubrimiento de su personalidad.
Pues para empezar Black Mirror no es esa serie perfecta que ciertas personas ven, la realidad es que esta serie en casi todos sus capítulos es muy original, pero no siempre traduce esa originalidad en algo bueno, sino que también a menudo lo transforma en algo simplemente raro pero que realmente no te dice nada. Esto en la temporada cuatro ocurrió bastante, pero vamos a entrar ya en materia, la temporada cinco y este capítulo en particular.
Este capítulo empieza como casi todos los de Black Mirror, hay que echar a rodar y para rodar se necesita un camino. El camino aquí va a ser, como siempre, el impacto de la tecnología en la vida de las personas, esta vez sobre el descubrimiento de su personalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tenemos el capítulo en ruta, el problema es que no hemos hecho bien el camino, concretamente, tenemos demasiados caminos a la vez y el capítulo se ha metido de pronto en pleno monte y no consigue meterse en ninguno de los dos caminos sino que, más bien está dándose con todos los árboles y parece que no va a llegar ni al final de uno ni de otro.
Pero la historia no está al final, está al principio así que sigámosle a ver si le encontramos, la idea que nos presenta es que tenemos un padre de edad media y clase media con una vida tan anodina como su descripción, pero, en uno de sus cumpleaños su colega de juventud le regala una copia del nuevo juego de lucha de la saga que a ellos tanto les gustaba.
El capítulo, al más puro estilo de la serie se lanza a una interpretación muy optimista de lo que la tecnología va a ser capaz de hacer y comete su primer error, no tiene ni pies ni cabeza que en un juego de lucha de aire retro como el que se nos presenta se pueda hacer lo que ellos se ponen a hacer. Si hubiera sido un juego tipo Los Sims o un juego de accion en primera persona de rol, podría tener sentido, en un Street Fighter que puedas tener una relación sexual de pronto con el contrincante es una bobada sin ningún sentido.
Este es el primer punto donde se va a empezar a notar que no hay nadie al volante de esta historia, se van a suceder toda una suerte de conexiones sin sentido entre, por ejemplo, la fertilidad de un personaje y el hecho de estar teniendo relaciones o no en el videojuego y demás locuras. Es decir, a partir de ese momento la sensación general en este capítulo va a ser: “allá van un montón de guionistas que ni saben de tecnología, ni saben de videojuegos y tampoco tienen ni idea de identidad sexual”.
Esta descripción es demoledora, pero es que lo que no es razonable es usar los videojuegos sin ni siquiera molestarte en elegir uno, que hay miles, que si contemplen esa historia que quieres contar, no el primero que se te ocurra viendo el GAME de delante de tu piso. El tema de la identidad sexual, como siempre generaría una discusión demasiado personal así que solo diré que me parece que en este capítulo se trata el tema con una simpleza digna de un panfletista.
El final, como colofón a todo este desajuste es que la serie plantea que, bueno, una vez al año no hace daño y que es lo mismo echarse una partida de un videojuego en la que te acuestes con otro personaje que irte al bar de enfrente y tirarte al guapo que te saludo el otro día, otra interpretación memorable del compromiso matrimonial.
En resumen, en esta capítulo se tratan muchas ideas, incluso esta última, la de como enfocar el desgaste que supone una relación a muy largo plazo, que son muy interesantes, pero, una cierta arrogancia en el guion, al pensar que se pueden atacar tres o cuatro tramas en una hora y la creencia, un poco recurrente, de que simplemente por plantear una trama lgtbi tu historia mejora porque: “bienvenido a la causa compañere y compañeres” ha lanzado este capítulo contra su propia idiosincrasia, que es que no muestra sensibilidad hacia los videojuegos, ni hacia el concepto de matrimonio ni hacia la identidad sexual.
Como último comentario todo lo que pone aquí es sólo mi opinión y no pretendo decir que esto es la verdad sobre este capítulo, sólo es la reflexión que yo he sacado de él, en ningún momento ni en está crítica ni en ninguna pretendo ser objetivo, este es mi punto de vista.
Gracias por leerla y vaya por delante que creo que la gente que trabaja en BlacK Mirror son grandes profesionales.
Pero la historia no está al final, está al principio así que sigámosle a ver si le encontramos, la idea que nos presenta es que tenemos un padre de edad media y clase media con una vida tan anodina como su descripción, pero, en uno de sus cumpleaños su colega de juventud le regala una copia del nuevo juego de lucha de la saga que a ellos tanto les gustaba.
El capítulo, al más puro estilo de la serie se lanza a una interpretación muy optimista de lo que la tecnología va a ser capaz de hacer y comete su primer error, no tiene ni pies ni cabeza que en un juego de lucha de aire retro como el que se nos presenta se pueda hacer lo que ellos se ponen a hacer. Si hubiera sido un juego tipo Los Sims o un juego de accion en primera persona de rol, podría tener sentido, en un Street Fighter que puedas tener una relación sexual de pronto con el contrincante es una bobada sin ningún sentido.
Este es el primer punto donde se va a empezar a notar que no hay nadie al volante de esta historia, se van a suceder toda una suerte de conexiones sin sentido entre, por ejemplo, la fertilidad de un personaje y el hecho de estar teniendo relaciones o no en el videojuego y demás locuras. Es decir, a partir de ese momento la sensación general en este capítulo va a ser: “allá van un montón de guionistas que ni saben de tecnología, ni saben de videojuegos y tampoco tienen ni idea de identidad sexual”.
Esta descripción es demoledora, pero es que lo que no es razonable es usar los videojuegos sin ni siquiera molestarte en elegir uno, que hay miles, que si contemplen esa historia que quieres contar, no el primero que se te ocurra viendo el GAME de delante de tu piso. El tema de la identidad sexual, como siempre generaría una discusión demasiado personal así que solo diré que me parece que en este capítulo se trata el tema con una simpleza digna de un panfletista.
El final, como colofón a todo este desajuste es que la serie plantea que, bueno, una vez al año no hace daño y que es lo mismo echarse una partida de un videojuego en la que te acuestes con otro personaje que irte al bar de enfrente y tirarte al guapo que te saludo el otro día, otra interpretación memorable del compromiso matrimonial.
En resumen, en esta capítulo se tratan muchas ideas, incluso esta última, la de como enfocar el desgaste que supone una relación a muy largo plazo, que son muy interesantes, pero, una cierta arrogancia en el guion, al pensar que se pueden atacar tres o cuatro tramas en una hora y la creencia, un poco recurrente, de que simplemente por plantear una trama lgtbi tu historia mejora porque: “bienvenido a la causa compañere y compañeres” ha lanzado este capítulo contra su propia idiosincrasia, que es que no muestra sensibilidad hacia los videojuegos, ni hacia el concepto de matrimonio ni hacia la identidad sexual.
Como último comentario todo lo que pone aquí es sólo mi opinión y no pretendo decir que esto es la verdad sobre este capítulo, sólo es la reflexión que yo he sacado de él, en ningún momento ni en está crítica ni en ninguna pretendo ser objetivo, este es mi punto de vista.
Gracias por leerla y vaya por delante que creo que la gente que trabaja en BlacK Mirror son grandes profesionales.