1º- Le doy un 9.

2º- Tragedia con el mérito de ser la primera en haber mojado mis mejillas. Sabes que no va a ser bonito, prevés que todo va a acabar de la peor forma, pero empatizas con cada pequeña sonrisa que el mayor pueda robarle a la pequeña.

3º- Un guión muy tranquilo que va incrementado el zumbido, que no el ritmo, desarrollando unos personajes fatídicos, cada vez más desesperados por sobrevivir.

4º- Eso es la vida. Eso es la guerra. Y eso es lo que ocurre cuando arrojas a dos niños a las cruentas garras del destino: los condenas. Sin hazañas épicas, sin tintes bonitos. Amor como respuesta a la muerte. Simplemente magistral.

5º- Que no hay pretensión ninguna. Todo se muestra tal y como es, no hay eufemismos, no hay adornos. Un plato de realidad servido como primero en una cena de gala.

6º- Quizá, para poder apreciarla en todo su esplendor, hiciera falta un poco de bagage japonés, si no pueden pasar desapercibidas demasiadas cosas.