Considerada una de las obras maestras de cine de terror y misterio, Rosemary's Baby dirigida por el genial Roman Polanski logra sin tanta pirotecnia y efectos especiales cautivar y horrorizar al espectador, criterios que en lo personal son muy meritorios considerando la época en que fue estrenada esta película.

Rosemary Woodhouse se muda a un nuevo departamento con su esposo Guy, dentro de él conciben a su primer hijo el cual Rosemary espera con mucha alegría y ansiedad. La trama puede parecer lenta al principio, pero con el pasar de los minutos la historia se vuelve más y más interesante, como también tenebrosa, los eventos ocurridos alrededor de Rosemary mientras espera el nacimiento de su hijo la llevan a un estado de angustia y paranoia que la llevarán al borde de la locura.

Polanski logra ambientar la película de una manera tan magistral que el espectador siente el vértigo y el horror los pasajes clave de la película: los silencios, la música, los tic-tac del reloj, entre otros elementos. Es cierto que para muchos “Rosemary’s Baby no es un filme que asuste”, pero en realidad la historia es macabra, así como lo es el final, vuelvo y repito el éxito de una película de horror no siempre recae en cuanta sangre se vea o cuantos asesinados haya, sino en que la historia tenga el poder suficiente para adentrarse en tu pensamiento y te perturbe. Rosemary’s Baby cumple ese objetivo a cabalidad gracias a las actuaciones de Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon (ganadora de un Oscar como mejor actriz de reparto) y Sidney Blackmer.

Roman Polanski entra a las grandes ligas de Hollywood gracias a este boleto de entrada llamado “Rosemary’s Baby”, que hasta la fecha sigue siendo una de sus mejores películas.

P.D: Una película no apta para embarazadas.