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Voto de Daniel B:
1 de agosto de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario
En este muy sobrio thriller psicológico paranoide con toques de terror protagonizado por la magnética Maika Monroe (It Follows), la directora Chloe Okuno desliza con sutileza apuntes sobre un patriarcado condescendiente que subestima la mirada de la mujer y a los matices de la violencia de género, en una película que revela filiaciones con el mejor cine de Roman Polanski y Brian De Palma.
Reseña
Una joven actriz estadounidense llega a Bucarest acompañando a su esposo, quien asume un puesto como gerente de marketing. Al poco tiempo se siente observada por un hombre desde el edificio de enfrente mientras las noticias difunden los asesinatos de mujeres cometidos por un asesino serial.
Julia (Maika Monroe) ha dejado atrás su carrera de actriz por acompañar a Francis (Karl Glusman), quien domina el rumano porque su madre es de ese origen. Ella pasa la mayor parte del tiempo sola y cuando socializa con su marido queda en general fuera de las conversaciones ya que éstas se desarrollan mayormente en rumano, aumentando una creciente sensación de soledad y aislamiento, a lo que se suma la inquietud por la sensación de verse observada por el vecino de enfrente.
Todos estos elementos constituyen los ingredientes para un thriller psicológico paranoide con toques de terror que se va cociendo a fuego muy lento. Julia no asume la situación de manera pasiva sino que procura actuar, salir al encuentro de lo que considera un amenaza. De ahí que el título original en inglés Watcher, con su indeterminación de género resulte más adecuado para que El observador, porque ¿quién observa a quién?.
En su opera prima, Chloe Okuno desliza con sutileza apuntes sobre un patriarcado condescendiente y que subestima la mirada de la mujer y a la violencia de género, con una protagonista que renuncia a su carrera de actriz pero no a su necesidad de reconocimiento en ese marco de abandono en el que cae.
La localización del relato en Bucarest es un verdadero acierto, que sumada a la fotografía impregna a la película de un aire ochentoso que refuerza su filiación con el cine de Polanski y Brian De Palma.
La magnética Maika Monroe (a quien ya vimos en It Follows/Te sigue) es la protagonista ideal, que remite justamente a las heroínas rubias de Polanski y De Palma, con su mezcla de vulnerabilidad, audacia y determinación.
El manejo del suspenso es sumamente efectivo, en ese progresivo acercamiento a una progresiva verdad, con un excelente uso de las locaciones. El tramo final de la película puede en principio parecer una concesión, una renuncia a los postulados de forma, fondo y hasta de género del resto, pero minutos después caemos en la cuenta de su necesidad, con la lógica y la carga de ironía que encierran.
En este muy sobrio thriller psicológico paranoide con toques de terror protagonizado por la magnética Maika Monroe (It Follows), la directora Chloe Okuno desliza con sutileza apuntes sobre un patriarcado condescendiente que subestima la mirada de la mujer y a los matices de la violencia de género, en una película que revela filiaciones con el mejor cine de Roman Polanski y Brian De Palma.
Reseña
Una joven actriz estadounidense llega a Bucarest acompañando a su esposo, quien asume un puesto como gerente de marketing. Al poco tiempo se siente observada por un hombre desde el edificio de enfrente mientras las noticias difunden los asesinatos de mujeres cometidos por un asesino serial.
Julia (Maika Monroe) ha dejado atrás su carrera de actriz por acompañar a Francis (Karl Glusman), quien domina el rumano porque su madre es de ese origen. Ella pasa la mayor parte del tiempo sola y cuando socializa con su marido queda en general fuera de las conversaciones ya que éstas se desarrollan mayormente en rumano, aumentando una creciente sensación de soledad y aislamiento, a lo que se suma la inquietud por la sensación de verse observada por el vecino de enfrente.
Todos estos elementos constituyen los ingredientes para un thriller psicológico paranoide con toques de terror que se va cociendo a fuego muy lento. Julia no asume la situación de manera pasiva sino que procura actuar, salir al encuentro de lo que considera un amenaza. De ahí que el título original en inglés Watcher, con su indeterminación de género resulte más adecuado para que El observador, porque ¿quién observa a quién?.
En su opera prima, Chloe Okuno desliza con sutileza apuntes sobre un patriarcado condescendiente y que subestima la mirada de la mujer y a la violencia de género, con una protagonista que renuncia a su carrera de actriz pero no a su necesidad de reconocimiento en ese marco de abandono en el que cae.
La localización del relato en Bucarest es un verdadero acierto, que sumada a la fotografía impregna a la película de un aire ochentoso que refuerza su filiación con el cine de Polanski y Brian De Palma.
La magnética Maika Monroe (a quien ya vimos en It Follows/Te sigue) es la protagonista ideal, que remite justamente a las heroínas rubias de Polanski y De Palma, con su mezcla de vulnerabilidad, audacia y determinación.
El manejo del suspenso es sumamente efectivo, en ese progresivo acercamiento a una progresiva verdad, con un excelente uso de las locaciones. El tramo final de la película puede en principio parecer una concesión, una renuncia a los postulados de forma, fondo y hasta de género del resto, pero minutos después caemos en la cuenta de su necesidad, con la lógica y la carga de ironía que encierran.
