Sam Phelan (Chris Hemsworth), un modesto trabajador, casado con Leslie (Victoria Profeta), que están atravesando una mala racha económica (están amenazados de embargo por no poder hacer frente a la hipoteca), va conduciendo su viejo Buick Station Wagon, cuando al pasar por debajo de un paso elevado, le impacta en el capo delantero un maletín con casi 700.000 dólares, que han arrojado desde una furgoneta unos tipos perseguidos por la policía instantes antes de que esta mate a uno de ellos y al otro lo encierre.

Ya tenemos por un lado a Sam y Leslie, disfrutando de ese dinero caído del cielo y que se supone nadie sabe que está en su poder, comprándose un Range Rover nuevo (pagado en el "Cash" del título), amueblando la casa a todo confort, y prometiéndoselas muy felices, y por otro lado a un duro y elegante tipo ingles que resulta ser hermano gemelo (Sean Bean en los 2 papeles) del que tiro la maleta para evitar cayera en manos de la policía, y que ha sido llamado por este para encargarle averigüe quien es el propietario de esa ranchera con los laterales revestidos de madera, en el que vio como aterrizaba el maletín antes de continuar con la frustrada fuga anteriormente mencionada.

Todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos de película; a partir de aquí, tenemos un entretenido y divertido thriller, rayano en surrealista, en base a las peculiaridades de ese tipo amenazante y violento buscando el maletín, y el delirante in crescendo contable en el que entra para conseguir que le sea reembolsado hasta el último centavo, sin atender a ninguna de las lógicas razones que aconsejarían dar por perdido la pequeña cantidad que falta, y por tanto sembrando de desconcierto y preocupación a la alucinada pareja, y entrando en una espiral de situaciones que te ganan sin remisión, te hacen seguir con asombro el cariz que va tomando la cosa, y hace que se te instale una sonrisa que ya no te abandona hasta ese final felizmente acorde con el espíritu de la función.

Sigue en spoiler por falta de espacio: