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Voto de Sitodine:
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Terror
La joven Marie es invitada a pasar unos días en la casa de los padres de su mejor amiga Alexia, una granja aislada y rodeada de campos de maíz. Las dos chicas piensan que allí encontrarán la tranquilidad necesaria para poder estudiar. Pero sus esperanzas son vanas. De noche llega a la casa un sádico asesino con la intención de matar a todos. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2011
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Actuación nº1:
El mago tiene cuatro cartas abiertas en abanico, mostrando el dorso. Cierra el abanico y comienza a contar las cartas una a una mientras las muestra. Vemos una reina de picas y un, dos, tres comodines. El mago tiene ahora las cartas amontonadas en su mano izquierda, boca a bajo. En una fracción de segundo da la vuelta a la primera carta y la coloca encima de la mesa, de nuevo boca a bajo. Todos hemos visto que era la reina de picas. A continuación, abre las otras tres cartas restantes en abanico, mostrando el dorso, y nos dice: ¿A que no adivináis dónde está la reina? Todos señalamos la carta que está encima de la mesa pero, cuando el mago la voltea, descubrimos que es un comodín, y no sólo eso, también nos dice que si hubiéramos elegido cualquier carta de la mano habríamos ganado, porque en realidad no son tres comodines lo que tiene, sino tres reinas. Cuando el tipo nos enseña las tres reinas, flipamos.
¿Qué ha sucedió aquí? Al principio hemos visto claramente tres comodines y una reina. ¿Cómo es posible? El mago, saltándose el principio de "no revelación", nos explica que en todo momento tenía tres reinas y un comodín, pero que cuando contó las cartas lo hizo así y asá, y a pesar de que estaba contando las tres reinas y el comodín, mediante la disposición de sus manos y la velocidad de sus movimientos, frustró nuestra percepción y sólo vimos lo que “parecía” que era y no lo que era realmente. Lo mismo hizo al poner una carta sobre la mesa, nos mostró rápidamente la reina mientras hábilmente agarraba un comodín.
Ante esta explicación, la lógica nos inunda, pedimos al mago de andar por casa que vuelva a hacer el juego y, ahora si, vemos claramente como se las gasta. La sensación que nos queda es de asombro a la par que de admiración. Todo su secreto se basa en habilidad de manos. ¡Que cabrito! pero, mola ¿no?
Esto es lo que hace M. Night Shyamalan en “El sexto sentido”.
(Vamos al spoiler para la actuación del listillo)
El mago tiene cuatro cartas abiertas en abanico, mostrando el dorso. Cierra el abanico y comienza a contar las cartas una a una mientras las muestra. Vemos una reina de picas y un, dos, tres comodines. El mago tiene ahora las cartas amontonadas en su mano izquierda, boca a bajo. En una fracción de segundo da la vuelta a la primera carta y la coloca encima de la mesa, de nuevo boca a bajo. Todos hemos visto que era la reina de picas. A continuación, abre las otras tres cartas restantes en abanico, mostrando el dorso, y nos dice: ¿A que no adivináis dónde está la reina? Todos señalamos la carta que está encima de la mesa pero, cuando el mago la voltea, descubrimos que es un comodín, y no sólo eso, también nos dice que si hubiéramos elegido cualquier carta de la mano habríamos ganado, porque en realidad no son tres comodines lo que tiene, sino tres reinas. Cuando el tipo nos enseña las tres reinas, flipamos.
¿Qué ha sucedió aquí? Al principio hemos visto claramente tres comodines y una reina. ¿Cómo es posible? El mago, saltándose el principio de "no revelación", nos explica que en todo momento tenía tres reinas y un comodín, pero que cuando contó las cartas lo hizo así y asá, y a pesar de que estaba contando las tres reinas y el comodín, mediante la disposición de sus manos y la velocidad de sus movimientos, frustró nuestra percepción y sólo vimos lo que “parecía” que era y no lo que era realmente. Lo mismo hizo al poner una carta sobre la mesa, nos mostró rápidamente la reina mientras hábilmente agarraba un comodín.
Ante esta explicación, la lógica nos inunda, pedimos al mago de andar por casa que vuelva a hacer el juego y, ahora si, vemos claramente como se las gasta. La sensación que nos queda es de asombro a la par que de admiración. Todo su secreto se basa en habilidad de manos. ¡Que cabrito! pero, mola ¿no?
Esto es lo que hace M. Night Shyamalan en “El sexto sentido”.
(Vamos al spoiler para la actuación del listillo)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Actuación nº2:
El listillo saca a un espectador al escenario. Le pide que coja una carta de su abanico y que la mire sin que nadie más la vea. El espectador se lleva una carta al pecho, la mira con cuidado y ve que es un cinco de picas. El listillo pide al espectador que vuelva a meter la carta en el abanico. Después, el listillo baraja así, baraja asá, que pim, que pam… entonces tira las cartas al suelo y se queda con una en la mano. El listillo pide al espectador que diga cual era su carta:
- Cinco de pi…
- ¡¡¡CINCO DE TRÉBOLES!!! ¡Exactamente la carta que tengo en la mano!
La gente aplaude mientras el espectador intenta decir al listillo que su carta era de picas y no de tréboles. Como respuesta, el espectador recibe una disimulada patada en el culo que lo pone fuera del escenario. El espectador tiene tres pensamientos posibles:
a) Coño, a ver si voy a ser yo que estoy medio ciego y realmente era de tréboles.
b) Bueno, tampoco es para tanto, total, ha sacado un cinco, sólo se ha equivocado en el palo.
c) ¡¡Me cago en los muertos del flebotoma este y en sus cartitas de los huevos!!
Esto es lo que hacen Alexandre Aja & Grégory Levasseur en “Alta tensión”.
Y es una pena, porque un slasher al que gustosamente habría votado con un 6 o incluso un 7, se queda en un cate mate por hacerse el listillo y porque yo, como espectador timado, elijo la opción “c”.
El listillo saca a un espectador al escenario. Le pide que coja una carta de su abanico y que la mire sin que nadie más la vea. El espectador se lleva una carta al pecho, la mira con cuidado y ve que es un cinco de picas. El listillo pide al espectador que vuelva a meter la carta en el abanico. Después, el listillo baraja así, baraja asá, que pim, que pam… entonces tira las cartas al suelo y se queda con una en la mano. El listillo pide al espectador que diga cual era su carta:
- Cinco de pi…
- ¡¡¡CINCO DE TRÉBOLES!!! ¡Exactamente la carta que tengo en la mano!
La gente aplaude mientras el espectador intenta decir al listillo que su carta era de picas y no de tréboles. Como respuesta, el espectador recibe una disimulada patada en el culo que lo pone fuera del escenario. El espectador tiene tres pensamientos posibles:
a) Coño, a ver si voy a ser yo que estoy medio ciego y realmente era de tréboles.
b) Bueno, tampoco es para tanto, total, ha sacado un cinco, sólo se ha equivocado en el palo.
c) ¡¡Me cago en los muertos del flebotoma este y en sus cartitas de los huevos!!
Esto es lo que hacen Alexandre Aja & Grégory Levasseur en “Alta tensión”.
Y es una pena, porque un slasher al que gustosamente habría votado con un 6 o incluso un 7, se queda en un cate mate por hacerse el listillo y porque yo, como espectador timado, elijo la opción “c”.