La tan baqueteada comedia romántica "made in Hollywood" ha tenido en los últimos años un soplo de aire fresco proveniente de las Islas Británicas con diversas aportaciones exitosas que otorgaban cierta calidad a los productos británicos en detrimento de una comedia americana totalmente agotada y en proceso de renovación. Sin embargo, y pese a que este film intenta presentarse como algo "innovador", lo cierto es que no lo es en absoluto.

Los protagonistas del flim Josh (Rafe Spall) y Nat (Rose Byrne) quienes en víspera de un año caso tratan de limar asperezas diseccionando ante una consejera matrimonial lo que ha sido su vida en común. De esta forma, el film dirigido por Dan Mazer, empieza justo donde suelen terminar las comedias clásicas: con una boda. El famoso "chico-conoce-a-chica-y-pese-a-las-diferencias-entre-ambos-acaban-juntos" no los han ahorrado pero por experiencia nos podemos hacer una idea de como ha ido. Sin embargo, muy pocos films indagan en lo que pasa más allá y terminan con un final idílico que normalmente implica un paso por el altar. Pero no deja de ser interesante dar respuesta a una pregunta, de vez en cuando surgía saliendo del cine después de ver una comedia romántica: ¿Realmente durarían juntos cuando se apagara la chispa que les unió?.

Mazer deconstruye la relación desde el momento de la boda, ilustrando los desencuentros de la pareja prácticamente desde el principio. Un recorrido (de un año como dice el título) en el que se incide en que ambos protagonistas tienen a alguien en la recámara. Chloe (Anna Faris), una ex novia en el caso de Josh y Guy (Simon Baker) un interesante y atractivo hombre de negocios en el caso de Nat. No deja de ser llamativo que al margen de cierta incompatibilidad manifiesta entre Josh y Nat (que la trama se encarga de destapar rápidamente), el principal desencuentro entre ambos tiene que ver con la presencia de un tercero (o un cuarto) rondando su frágil matrimonio, dando la impresión que el resto de circunstancias pueden tener solución pero que en realidad no hay amor verdadero entre ellos. Es decir, parece que subyace la idea que hasta que no hay un "sustituto", todo puede tener arreglo.

El film recuerda en ocasiones a "500 días juntos", película que las producciones con voluntad de presentarse como algo "diferente" toman como referencia. Pero que ninguna de ellas consigue llegar a su nivel. Mazer filma de forma un tanto rutinaria y anodina, y con alguna excepción muy puntual, apenas encontramos un espacio para esbozar una mínima sonrisa. En general, el film como comedia apenas funciona, y pese algún intento de despistar al espectador el conjunto resulta bastante predecible. Tampoco ayuda el escaso margen dejado para los secundarios con unos Stephen Merchant en el papel de amigo "graciosillo" o Minie Driver bastante desaprovechados.

Mazar y el cacaraeado equipo de producción responsable de "cuatro bodas y un funeral" o "Love Actually" pinchan en esta ocasión en su intento de presentarnos algo nuevo, diferente o refrescante con un film más bien flojo y lleno de buenas intenciones.