Viuda Negra era una de las pocas superheroínas del mundo Marvel que aún no tenía su película. Ha sido invitada de honor en las sagas de Iron Man y Capitán América, y por supuesto ha protagonizado algunos de los momentos más memorables de las cuatro películas de los Vengadores (sí, incluido ese momento en la magistral Endgame...), pero le faltaba su película, su historia, y aquí la tenemos.
El mayor acierto de Viuda Negra, dirigida por Cate Shortland, con una pericia que hace pensar que lleva toda su vida rodando películas de esta clase, es mezclar el tono ya clásico del Marevel Cinematic Universe, con sus marcas de la casa (impacto visual, cuidadas escenas de acción, mucho humor, etc) con el sabor de las cintas clásicas de espías. No por casualidad Natasha Romanoff es quizás el personaje de Marvel más apegado a la realidad, por así decirlo, con su pasado de agente de la KGB. Además, está Scarlett Johannson, en una nueva etapa dorada de su carrera (la primera fue en 2003, con Lost in translation y La joven de la perla), bordando un personaje que hace ya con los ojos cerrados, enormemente carismática y fabulosa. Rachel Weisz, David Harbour, Ray Winstone , William Hurt o O.T. Fagbenle son siempre un placer de ver en pantalla, pero la auténtica estrella, junto con Johansson, es sin duda Florence Pugh. La soberbia protagonista de Midsommar o Mujercitas es una robaescenas nata, una intérprete con un carisma apabullante y con un talento descomunal para trabajar todos los géneros y hacer cualquier personaje con enorme simpatía (atención a cuando imita la clásica postura guerrera de Romanoff).
No es de las mejores del MCU, tiene un poco de aire a "Marvel menor", pero deja muy buena sensación.

Lo mejor: Scarlett Johansson y Florence Pugh, soberbias, y su mezcla de thriller clásico de espías con el tono Marvel.
Lo peor: Que quizás ya todo nos sabe a poco después de Infinity War y Endgame.