El principal valor de High-Rise es la situación social que plantea, con los ricos y los pobres separados en un mismo edificio, pero ocupando plantas distintas y viviendo vidas muy distintas. En un único lugar, Ballard resume en su novela las desigualdades sociales y analiza la naturaleza salvaje del ser humano.
La película de Ben Wheatley, no obstante, tiene mucho de síndrome cool, es decir, mucha cámara lenta, mucha imagen onírica, mucho estilo visual, pero poco contenido real. Lo que se nos cuenta no es demasiado interesante y es bastante difícil seguir el hilo de la historia.
Grandes actores, buenas intenciones, pero demasiado postureo visual y argumental para enmascarar que es mucho mejor la idea que el desarrollo.

Lo mejor: La situación social que plantea
Lo peor: ¿Hay algo realmente detrás o es todo postureo?