Empiezo por lo que no me gusta: el suicidio. Me chirría, me resulta metido con calzador para que la junta directiva del colegio agarre al chivo expiatorio más a mano, el profesor "incordiante", y lo largue. No me parece el personaje de Neil tan débil, ni el de ninguno de los otros chicos.

Tampoco estoy de acuerdo con eso de que sólo al soñar somos libres, por muy poético que suene.Y hablando de poesía, la verdad es que no es lo mío, lo que me gusta leer es novela y teatro.

El guión es una gozada, y la puesta en escena tampoco está mal. Lo que pasa cuando dirige Peter Weir. El profesor Keating quiere que sus alumnos ante todo se respeten a sí mismos, que tengan un yo que se satisface. Entre otras razones porque si no no sabrán respetar a los otros.

También hace hincapié en lo de vivir el momento presente a conciencia. Aparte de por razones obvias, a todos nos gusta tener buenos recuerdos, y además es la mejor manera de no temer al futuro. O de temerlo mucho menos.

La peli trata también de la amistad, el valor, el despertar al amor y a la edad adulta. Dedico la crítica a mis padres, que me dejaron estudiar lo que quería. Una de las cosas que más les agradezco.