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Colombia Colombia · Bogotá
Voto de PierPuccini:
9
Intriga. Comedia. Drama. Thriller Tanto Gi Taek (Song Kang-ho) como su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo (Choi Woo-sik), empieza a dar clases particulares en casa de Park (Lee Seon-gyun), las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles. (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parasite es otra tribulación a la que nos somete el Bong Joon-Ho más político y radical de toda su obra, una filmografía casi impoluta y que no ha sido ajena a nutrirse de temas sociales y políticos de gran controversia y llevarlos a un extremo que compele a cualquier espectador a recibir sin aspavientos relatos ya sea sobre la industria alimenticia (Okja, 2017), la lucha de clases entre los sobrevivientes del planeta a bordo de un tren (Snowpiercer, 2013), o las divergencias y el choque de métodos entre un policía rural y uno citadino mientras siguen las pistas sobre el primer asesino en serie registrado en Corea del Sur (Memories of Murder, 2003), etc. Todas son historias de un alto calibre emocional, independientemente del género cinematográfico en el que su reputado creador nos desee introducir.


Bong Joon Ho es autor de una muy variada obra en lo que a géneros cinematográficos se refiere, y aún dentro de cada película es capaz de llegar a condensar distintos tonos ya sea la sátira, el drama, el horror y el suspenso; y en una suerte de experto malabarista, llegar al final del acto sin dejarlos caer.


Esta ocasión no es la excepción, y ya con su mirada fija en el materialismo surcoreano, narra cómo una familia “emprendedora”, pero cansada de su actual y desfavorable situación económica, decide iniciar labores (la palabra correcta sería “aprovecharse”) para otra familia de muy buenos ingresos. Los de arriba y los de abajo conviviendo en aparente armonía. Este es un motivo visual que Bong Joon-Ho subraya a lo largo de la película, nos muestra sus contrastes socioeconómicos de modo “vertical”, vivir en una colina, o vivir en un sótano, tener que subir o bajar escaleras se traduce en una cuestión de estatus dentro de aquella sociedad salvajemente capitalista. Previamente en la gran Snowpiercer, Joon-Ho mostraba estas diferencias de forma horizontal, mientras más atrás se estaba en los vagones del tren, más pobreza y animosidad había entre los individuos que lo habitaban.


Los instintos que se despiertan en las dos familias bordan lo animal, el “hambre” de los pobres vs. el “olfato” de los ricos se tornan en fuertes motivos visuales y dialécticos, y son los que propician la eventual colisión entre facciones, que nace como un soterrado resentimiento que poco a poco y según las circunstancias, escapa a la superficie y va de lo más dramático a lo surreal y al esperpento, que lo emparentaría con los más ácidos Buñuel o Kaurismaki.


Esta nueva criatura híbrida del director Coreano es una parábola social que disecciona, a base del humor más siniestro, relaciones humanas de diversa índole. Todos los personajes tienen un peso en la trama y cada acción una reacción, y sin faltar alguno, todos son víctimas de una cruel pesadilla más allá de lo probable, pero no de lo posible.
PierPuccini
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