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España España · miranda de ebro
Voto de sugarat:
8
Comedia En una casa aislada y próxima a las vías del tren vive la señora Wilberforce, una venerable anciana que alquila dos habitaciones al misterioso profesor Marcus y a los cuatro miembros de su siniestra banda de música. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero proponer esta película por varios motivos:
Es un claro ejemplo de que casi todos los remakes son peores que los originales. Por ello debo reconocer que cuando mis adorados hermanos Cohen, con ese humor negro que les caracteriza, decidieron hacer una versión de Ladykillers dándole una oportunidad a esa pequeña joya olvidada, me ilusioné. Lamentablemente los resultados no fueron los esperados.
Esto nos hace volver a la original como muestra de una comedia arquetípica de la Ealing, Ejemplo de como una pequeña productora puede no solo hacer buenas películas con escasos recursos y ajustando tiempos de rodaje (a pesar del detallismo habitual de su director al que posteriormente llegaron a retirar de una película en Hollywood por tardón) sino crear un estilo propio de comedia y de cine enraizado en la sociedad británica al que ayudó a definir
Porque la Ealing, de la cual esta película es quizás la más conocida y su epitafio antes de que fuera adquirida por la BBC, demostró cómo se podían transformar pequeñas cosas en algo grande mediante unos recursos claros: un equipo técnico de la casa (muchos formados desde abajo), guion (con uso de la comedia para una cierta crítica social) y actores (tanto con sus secundarios corales como lanzando protagonistas; así descubrimos a un primer Peter Sellers o se lanza a la fama Alec Guinness con interpretaciones en 8 sentencias de muerte (con sus 8 papeles diferentes), El hombre del traje blanco, Oro en barras o esta Ladykillers) y respetando unos tópicos de cine de comedia agradable pero con un ligero toque entre costumbrista y social (Pasaporte a Pimlico, Whisky Galore, El hombre del traje blanco) con un cierta excusa de atracos (Oro en barras, Ladykillers) y siempre con un cierto toque negro de humor inglés (cuyo ejemplo más claro encontramos en 8 sentencias de muerte).
Un ejemplo de como la artesanía no contraría al arte a través de unos secundarios poco conocidos por entonces pero bien trabajados (Peter Sellers estaba en sus inicios en su papel de Tedy boy), la trama (mera excusa de un atraco, de comedia costumbrista pero con toques negros) y un director que pese a ser catalogado de perfeccionista, tradicional y artesano le da unos toques muy personales. (hay claros ejemplos de planos/encuadres que homenajean al cine expresionista: al Nosferatu de Murnau en la llegada a la casa del profesor, al Caligari en los cuadros y paredes desencajados en diagonal y al Mabuse de Fritz Lang en la actuación, poses, ropas y expresiones que evolucionan desde la contención al histrionismo del profesor).
Y finalmente está la adorable viejecita. Una extraordinaria Kate Johnson que como autentica abuelita de Piolín (aunque en este caso en vez de canario tiene loros), encandila durante toda la película costándonos imaginarla sin ella. Y eso que debido a las dudas por su salud y edad esta actriz secundaria solo obtuvo el papel cuando la actriz elegida, una joven a la que pensaban caracterizar de anciana, falleció repentinamente. Ella es el principal punto fuerte de la película y en cambio uno de los más flagrantes errores de la versión de los Cohen.
Puede que esta película no fuera la última comedia de la Ealing y que este género no fuera el único que cultivara (16 comedias de entre más de 60 películas en 21 años). Pero también es cierto que crearon un estilo muy personal de cómo hacer las cosas.
Además citando a su director A. Makendrick ”Personalmente, me siento muy atraído por la comedia, o mejor por un tipo determinado de comedia…Te deja hacer cosas que son demasiado peligrosas o que una cierta audiencia no puede aceptar”
sugarat
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