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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
9
Comedia Sigue las hilarantes desventuras de Moondog, un hombre rebelde y adorable que vive la vida a lo grande. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2022
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Moondog fue un músico norteamericano que vivía en las calles de Nueva York y estaba obsesionado con sus orígenes alemanes, de forma que terminó trasladándose a Alemania. Era ciego y desprendido. Su singular obra, permanece hoy como objeto de culto para sibaritas musicales de lo extraño. No sé si Korine tuvo presente a esa figura musical para crear este borracho descacharrante y hortera.

Este Moondog luce las típicas pintas del mamarracho de Florida, el pelo teñido, camisas cantonas, nula percepción del buen gusto para combinar prendas de vestir. Va de un lado a otro de Key West -y a veces Miami-, dónde la gente le reconoce y le invita a beber o pasarlo bien. Él no pide más que eso a la vida. Y si no se lo dan, pues lo toma "prestado". Nada parece afectarle por mucho tiempo, puede bajarle el ánimo, pero su vida es una montaña rusa, tan pronto puede descubrir que su esposa tiene un lío como al siguiente bañarse vestido en la piscina y a continuación compartir un emotivo baile con su hija. Y vive así porque comprende que nada en la vida es eterno, lo que viene se va, y cuando algo se agota, sencillamente se busca lo siguiente. Las convenciones sociales y las normas no son lo suyo, es un rebelde sin mensaje ni visión social, entre otras cosas porque los planes no son su punto fuerte. Vive inmerso en el momento y para qué más.

Y es que bajo esa fachada de comedia de fumetas y desparrame insensato se oculta una comedia filosófica, la intención de Korine es clara y por eso, para quien se quiera fijar, recrea en su protagonista las exactas cualidades de un verdadero epicúreo, que hace del hedonismo su forma de vida, siempre se ríe con la gente y nunca de la gente. Puede citar versos de DH Lawrence o Baudeleire y echar un polvo en la cocina de una hamburguesería o aplaudir el poema en eructos de un borracho en una pista de patinaje. Es dónde lo ridículo se toca con lo sublime. No pretende establecer escalas de mejor o peor y es completamente libre porque no le importa la opinión de los demás, puede que ni la suya propia. Lo que cuenta es lo que tiene al alcance de la mano. Es el profeta de la verdadera libertad.

A diferencia de las típicas comedia del estilo "The Hangover", dónde tras el desmelene siempre hay una vuelta a la normalidad o un deprimente propósito de enmienda, en "Beach Bum", todo es una huida hacia adelante. Tampoco creo que admita comparación con "Fear & Loathing in Las Vegas", pues su personaje no es un abusón de camareras y otros empleados, tampoco creo que la película esté enfocada como una especie de crítica oblicua y contracultural. Por el contrario, a mí Moondog me recordó al Henry Miller de "Trópico de Cáncer", novela también epicúrea y que también proponía una zambullida en el poder del instante. Sólo que en vez de la bohemia parisina de los años 30, aquí encontramos a un hortera para el siglo XXI en Florida. En ese sentido, no descarto que la elección de una ciudad de temperamento "tropical" sea, entre otras cosas, una referencia a esta obra de Miller.

Por lo demás, si algo tiene "Beach Bum" es la capacidad de sorprendente casi en cada escena, no sabes que desmadre va a ocurrir, qué giro acontecerá en los siguientes minutos. Mientras Moondog atraviesa las jaranas cualquier cosa puede ocurrir. Particularmente, me he reído como hacía mucho tiempo que no lo hacía con un largometraje, en general muy dados a las convenciones. Por eso resulta tan refrescante una película que, al uso de su singular protagonista, se atreva a navegar a contracorriente e ilustrarnos una forma más vitalista, desprendida y desenfada de encarar la vida. Está claro que no todos podemos llevar a cabo ese estilo alocado de vida, pero, ¿qué problema hay en ser plenamente conscientes del momento que vives, en minimizar las opiniones ajenas y buscar el lado más desenfadado de la existencia? Francamente, si Moondog fundara una iglesia, yo me apuntaría como feligrés.
Jean Ra
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