Una mujer regresa al pueblo azucarero de Billings donde, tiempo atrás, un asesino raptó a su hijo pequeño y mató a otros cuatro niños, para confirmar el asesinato y encontrar el cuerpo del pequeño, ya que no apareció el cadáver y no lo pudo enterrar en su momento.

Poco a poco irá descubriendo el terrible secreto que esconden los habitantes del pueblo y que tiene que ver con algo siniestro que merodea entre las plantaciones de azúcar.

Curiosa e intrigante película de terror que sin ser gran cosa, ha logrado captar mi atención y conseguir que empatice con la angustia y desesperación que transmite la protagonista, formidable Lisa Kay, durante todo el tiempo, aparte del resto de los habitantes del pueblo que aún estando muy estereotipados, logran dar esa sensación de desasosiego y malestar que produce el no entender que es lo que esconden y porque lo esconden.

Como casi siempre pasa en este género las explicaciones brillan por su ausencia, tienes que dar rienda suelta a tu imaginación para conseguir entender algo de la parte sobrenatural de la cinta, así como de ciertos comportamientos o actuaciones de los actores/actrices secundarios/as.

La película adolece de tener un desenlace bastante anémico y que, a mí parecer, es algo desconcertante e improvisado.

Aún con todo esto, es muy recomendable también por la atmósfera agobiante y de incertidumbre que consigue crear.

El resultado final es más que aceptable, dentro de la irregularidad de la trama.