La elegancia y tristeza que baña cada imagen de Melancholia, como la luz de un cuerpo celeste sobre un bello cuerpo desnudo, te encoge el alma. Su director, Lars Von Trier es uno de los directores más inteligentes y poéticos de su época, como en la suya lo fueron Andréi Tarkovski o Alain Resnais.

Dividida en dos partes, la segunda justifica la primera. Una segunda parte tan hermosa como desoladora. Si tu estado anímico no es el mejor es mejor que no veas Melancholia.

Entre todo el magnifico reparto tengo que destacar a su protagonista, me enamoré de Kirsten Dunst al mismo tiempo que me hundía inexorablemente con ella en el oscuro abismo de la nada, una nada bañada por la hermosa brillante y azulada luz de la tristeza y la melancolía.

No tengo más palabras, es una obra maestra del cine.