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España España · Córdoba
Voto de poverello:
9
Drama. Intriga. Cine negro Richard Harland (Cornel Wilde), un joven escritor, conoce en un tren a Ellen Berent (Gene Tierney), una bellísima mujer con la que se casa pocos días después. La vida parece sonreírles, pero Ellen es tan posesiva y sus celos son tan enfermizos que no está dispuesta a compartir a Richard con nadie; tanto amigos como familiares representan para ella una amenaza de la que intentará librarse, provocando la desgracia de quienes les rodean. (FILMAFFINITY) [+]
29 de octubre de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los melodramas me producen urticaria y como uno no está especialmente dispuesto a sufrir picores a menos que se considere estrictamente necesario o sea debido a una vil equivocación tan sólo me acojo al primer supuesto (o a estar de sobremesa en casa de mi madre y tener que tragarme el culebrón de turno de Antena 3) a la hora de decidirme a cortarme las venas anticipadamente. 'Que el cielo la juzgue' es estrictamente necesaria y gracias a mis soberanos esfuerzos en gratas ocasiones me encuentro con un gozo como éste, de dimensiones místicas y que se encuentra sin pizca de remordimiento en los anales del género y como una de sus obras maestras durante su apogeo allá por la década de los 40 del pasado siglo.

'Que el cielo la juzgue' se nos muestra con un registro inclasificable y sería casi una ofensa enmarcarla de bonito dentro de un sólo género cinematográfico; la triste personalidad de Ellen (una indescriptible e inconmensurable Gene Tierney en lo bello y en lo interpretativo) y sus apasionados y crueles actos como mujer celotípica sin extremos ni fin a la hora de hacer y hacerse estragos con tal de poseer a la persona amada andan mucho más cercanos al thriller y al cine negro, algo nada usual por aquel entonces. Dos escenas brillantes y dramáticas de las que es tanto causante como deseada víctima son paradigmas de ello y de que Stahl maneja con inusitada perfección el tempo narrativo del suspense a pesar de su mayor y casi exclusivo bagaje en filmes de género dramático* (spoiler).

Pero no nos confundamos, Gene Tierney realiza un papel tan brillante y desesperanzado que, al igual que su prima Ruth en una de las escenas del filme, no nos queda más remedio que reconocer que 'es la mujer más sujeta de lástima que hemos conocido'. Es odiosa, pero no como la Bette Davis de 'La loba', sino de manera ahogada y seca, amarga e impotente... Una femme fatale para todos aquellos seres a los que ama y desea poseer sobre todas las cosas y más allá de la vida y la cordura, pero sobre todo fatal para sí misma en una excelente representación de todas las facetas y características psicológicas de una persona superada y vencida por los celos, partiendo rotundamente de la dependencia afectiva hacia su padre que comienza a mostrarse desde las primeras imágenes y que será origen y consecuencia directa de todos los actos y decisiones que irán marcando el devenir de Ellen a lo largo de la cinta.

Excelente fotografía en color, magníficos secundarios, un original flashback inicial que crea aún más incertidumbre y expectativas acerca de lo que se verá a continuación... pero ¿por qué no un 10? Nombre tiene y se llama Cornel Wilde, un actor resultón, que mantiene la dignidad y el pulso, pero que se muestra o demasiado triste o en exceso melodramático, ausente aunque presente con su rostro de cordero a punto de ser degollado y que al lado de Tierney a veces parece más un borrón que un alterego. Mas es igual, y no me apetece lastrar una maravilla clásica por una mácula, 'Que el cielo la juzgue' es un peliculón. Como la copa de un pino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
poverello
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