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Voto de Chris Jiménez:
5
Terror. Thriller. Acción La Horde nos cuenta una gran batalla que podría acabar con el mundo entre policías, gansters y zombis. Al norte de Paris, un grupo de policías corruptos intenta vengar la muerte de uno de los suyos en un edificio que sirve de escondite para el ganster culpable. En medio del enfrentamiento entre ambos, algo inimaginable sucede, una horda de criaturas sanguinarias y caníbales invaden el edificio atacando salvajemente a todos. Inesperadas ... [+]
27 de enero de 2023
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De lo que sería una noche normal para unos policías, asaltar a punta de escopeta, destrozar a todo bicho viviente, hacer después las preguntas y marchar con el deber cumplido, se va a convertir en una horrorosa pesadilla.
Llega una nueva horneada de "caminantes", desde Europa...

Otra más para el estómago del fan hambriento, sí, como si no estuviese ya saturado. Y es que para finales del año 2.000 nuestros queridos amigos, esos que jamás pueden morir y nos hacen la vida imposible a los mortales, seguían llegando a nuestras vidas a través de la pantalla en algunas interesantes propuestas; si hacemos memoria recordaremos esa impactante "Dead Snow", de la fría Noruega, la trastada de "Bienvenidos a Zombieland", la todavía mayor de Romero, "La Resistencia de los Muertos", que confirmaba su obligación al retiro de una vez por todas, e incluso en la patria española se volvían a levantar los cadáveres de la exitosa "Rec"...
Fue un año intenso. Y antes de terminar el famoso crítico de cine y guionista Yannick Dahan ya se había unido al otro guionista Benjamin Rocher para aportar su granito de arena con "La Horda", que sería bien recibida en varios festivales; lo curioso del proyecto, además de los años de maduración necesitados por falta de financiación y apoyo, es que procede de una idea ya explotada por ambos, en forma de cortometraje, llamada "Rivoallan", y que nada se acerca a la temática "zombie", pero sí ponía de manifiesto el estilo, las técnicas y los gustos de ambos.

Lo dejaban claro a través de un pequeño argumento criminal lleno de duros gángsters, acción y violencia descarnadas y un homenaje directo y sincero al "exploitation" de antaño, muy cerca de Ritchie y Rodríguez. A partir de esos acontecimientos se extiende el guión del presente film, que empieza con un grupo de exaltados policías tras la pista de unos traficantes nigerianos, y asesinos de su colega Rivoallan (protagonista del corto al cual da nombre, donde ya se mencionaban los personajes que aquí vemos, e interpretado por Jo Prestia, quien repite en un papel distinto).
Así que de primeras estamos metidos, con energía cinética, en un "thriller" policíaco de persecución y venganza, exiliados al oscuro extrarradio y forzados a entrar en el edificio que esos villanos (si bien poco o nada haya que distancie a los buenos de los malos) usan de fortaleza. Pero en el instante en que las tornas se giran para los policías, lo que parecía ser una "Jungla de Cristal" a la francesa u otra versión del "Nido de Avispas" de Siri, también cambia de tercio, sin explicaciones, sin previo aviso, la misma maniobra de Tarantino para embaucar al público en "Abierto Hasta el Amanecer", pero recurriendo a "zombies" en lugar de a vampiros.

Aunque en líneas generales, y pese a estar el "Zombi" de Romero y nuestra "Rec" muy presentes aquí, es el espíritu de "Asalto a la Comisaría del Distrito 13" el que planea sobre todo el argumento, al volver a unir bajo el mismo techo a unos agentes de la ley y unos criminales con poco apego a la moralidad o la piedad contra una amenaza exterior desconocida: una horda de muertos, o infectados, tan enérgicos como los de Danny Boyle, mientras otras tensiones debido a la condición social, la raza, la ética y el sexo hacen chocar a los protagonistas.
Y entre los brutales hermanos Markudis y el resto de policías, sobresalen una mujer y un vecino del edificio: la primera es Aurore, conspiradora de la tensión entre los demás, amante no confeso del fallecido Rivoallan y, gracias a la presencia de Claude Perron (entre la Jill de "Resident Evil" y la Nikita de la obra homónima), algo más misteriosa y despiadada que el resto (tanto que uno puede intuir será la única superviviente de ese infierno); el segundo es un estereotipo de estas películas, veterano de la guerra de Vietnam un tanto chiflado, bien armado y sin miedo de enfrentarse al peligro, perfecto ejemplo de que la crueldad y la falta de compasión son claves en momentos extremos...

Y es que, entre las muchas secuencias de acción y disparatada violencia que recorren de cabo a rabo el metraje sin darnos tiempo a respirar (las peleas a puños desnudos entre humanos y "zombies" o el inolvidable clímax con Ouessem subido al coche, que desprende ese aroma al más puro "grindhouse" ochentero), se hace imposible de olvidar un instante harto incómodo, en el que una mujer, ya infectada, es "víctima" de las burlas y el abuso de algunos de los protagonistas. Sin un dilema moral claro ni intención de sermonear, sólo de entretener de la manera más delirante y bestial posible, parece que los directores reflexionan sobre la facilidad para provocar el sufrimiento ajeno por aquellos que ostentan el poder.
No tendría mayor importancia de no ser por lo que piensa Ouessem ("Es como si estuvieran pidiendo ayuda...") frente a las puertas, atestadas de vociferantes enemigos. Por unos segundos, y aunque se olvide rápidamente, nos están diciendo que ellos también son victimas, al no ser los culpables de su estado actual; reflexiones éstas que quedan solapadas por el frenesí, las incoherencias que riegan el guión, amén de ciertos diálogos, reacciones de los personajes y enfrentamientos dramáticos inútiles o repetitivos, que frenan el ritmo y pretenden dar un extraño tono de seriedad al conjunto, cuando es otro el objetivo de Rocher y Dahan...

O al menos en apariencia. Por culpa de esto los actores (en especial Perron, Eriq Ebouaney y Aurélien Recoing, quien al comienzo se antojaba el protagonista) se toman demasiado en serio a sus personajes, sin la pizca de mordacidad que probablemente faltaba aquí.
El pastiche de referencias, el revoltijo de tópicos, la mareante estética de videojuego y videoclip y los muchos sinsentidos de los que adolece "La Horda" fueron la diana para las malas críticas y su recaudación en cines, pese a ser recordada hoy día con algo de nostalgia por algunos fans, como un esfuerzo entrañable pero fallido en el género "zombie"...
Chris Jiménez
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