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Voto de Chris Jiménez:
9
Terror Presuntamente basada en hechos reales, narra el relato de una madre soltera (Barbar Hershey) perseguida y violada por un ser demoniaco que acude a la ayuda de un psiquiatra (Ron Silver), pero él cree que todo está en su cabeza... (FILMAFFINITY)
21 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde los rincones más oscuros de una casa cualquiera de un pueblo cualquiera está surgiendo una fuerza desconocida de un poder inmenso dispuesta a asaltar a una mujer cualquiera, y que no podrá hacer nada para defenderse...
¿Pero de dónde, de qué lugar remoto y sombrío ha llegado? ¿Y qué estará dispuesta a hacer?

Una de las más infravaloradas, casi desconocidas hoy día y sin embargo impresionantes películas de terror que se hayan hecho es y seguirá siendo "El Ente", film de culto (al menos para los fans auténticos del terror) del artesano Sidney J. Furie, que venía de hacer "Los Chicos de la Compañía "C" ", una de las primeras del celuloide sobre la Guerra de Vietnam (y que más tarde llenarían butacas a diestro y siniestro), nos traía el espeluznante caso real que allá por 1.974 sufrió Doris Bither, mujer californiana, madre de cuatro hijos, que fue atacada por un espíritu el cual la violaba y torturaba sin compasión.
Como se revelará en la propia película, aquel fue uno de los más increíbles casos de la Historia de la parapsicología. Esto fue usado por el escritor Frank DeFelitta para su novela y él mismo haría el guión para la adaptación cinematográfica de mismo nombre que nos atañe. Así "El Ente" cuenta con algo especial para reforzar su poética macabra: lo descrito pasó de verdad. Ese es un dato muy importante pero tampoco importaría, ya que el film de Furie posee una fuerza arrolladora como la del mismo espíritu.

No estamos ante una de esas típicas películas de fantasmas que sirven para pegar algún que otro sustillo a descerebrados adolescentes y que tenemos la mala suerte de ver todo el rato en las carteleras de los cines, no. Y aunque se estrenase prácticamente al mismo tiempo que "Poltergeist" su acción no se basa en la fantasía o la aventura. Admitámoslo, la obra de Hooper/Spielberg era un espectacular cuento de terror para niños, la de Furie sin embargo es violenta, áspera e interpenetra en el aspecto psicológico. Produce grima, escalofríos, un terror que se agarra a las entrañas, casi "cronenbergiano", porque el propuesto aquí no es el provocado por objetos que se mueven de un lugar a otro o figuras incandescentes, sino el miedo a lo desconocido, el peor de todos.
Carla Moran, protagonista de la historia, no sabe contra qué luchar; ella únicamente siente la presencia de un ser de un espectro maloliente, fuerte, que la somete y tortura, de manera violenta y repulsiva. Y lo peor es que ella, doblegada finalmente a tal maldad, no tiene a nadie a quien acudir. Los científicos a los que recurre (que se revelan incluso más peligrosos que el propio ente) toman la fácil vía "freudiana" del sexo reprimido. Así se mostrarán como insolentes y desalmados al tratarla con burla y tildarla de una obscena con la suficiente capacidad y fuerza mental como para inducir a que los demás participen en su supuesta alucinación.

En la trama, escabrosa, sórdida, siniestra y conmovedora al mismo tiempo, y que derivará en un espectacular final de ambigua conclusión, se enfrentan cara a cara la ciencia y lo paranormal; podríamos hablar de ella como una reflexión sobre la prepotencia de la psicología como único camino válido para alcanzar la verdad y el horror sexual y la inmoralidad, proyectado en el espectro (quizá reencarnación de aquel padre abusador) de esta dramática y pesadillesca fantasmagorías. Desde el mismísimo principio "El Ente" estremece y su extenso metraje no es problema; lo único que el espectador desea es que Carla siga viva y ese monstruo invisible se vaya al Infierno del que ha salido.
Furie construye realmente bien todos los sucesos sirviéndose de la intriga, una inquietante atmósfera y un estilo intimista para acercarse a los personajes y tocar temas tabú sin abusar de efectos especiales ni un veloz desarrollo de la acción aunque ofreciendo secuencias impactantes y de gran intensidad (como la de la manifestación en el cuarto de la protagonista con los parapsicólogos junto a ella, la del experimento del helio líquido, el desastre en casa de Cindy o ese momento donde vemos que el espíritu manosea los pechos de Carla, que Verhoeven homenajeó en su "Hombre sin Sombra", pues ésta es una de sus favoritas).

Y lo más importante, los estereotipados personajes de los "cazafantasmas" que hacen su entrada a mitad de película (algo fortuita y precipitada) parecen auténticos, creíbles, aunque nos recuerden al grupo de "Poltergeist" (fíjense y también encontrarán similitudes en la familia de ambas películas). Destaca también la excelente fotografía de Stephen Burum, la música de Charles Bernstein, capaz de erizar la piel, los logrados efectos especiales, las actuaciones de Ron Silver (odioso a más no poder) David LaBiosa, Jacqueline Brookes, Alex Rocco y por supuesto de una Barbara Hershey sensacional y arrebatadora en todos los aspectos.
Es un tanto lamentable que largometrajes tan brillantes como éste queden relegados a obras de culto, sin la repercusión que se merecen. Claro, en aquel momento ya estaban "La Cosa", "Poltergeist", "Posesión Infernal"...importantes trabajos con los que resultaba difícil reparar en un film de aires tan clásicos como "El Ente". Una secuencia que figura para la posteridad en la lista de las más escalofriantes del cine de terror: la puerta cerrándose y brotando de la nada esa voz seca frente a la paralizada protagonista.

Momentos como éste hacen que uno se sienta absorbido en espacios que van más allá de la razón y la cordura, en espacios donde toda amenaza es posible, es decir, en espacios donde sólo habita una cosa: el terror, que se instala en lo más profundo del inconsciente, un terror difícil de asimilar, un terror auténtico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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