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Voto de Chris Jiménez:
1
Comedia. Aventuras. Fantástico. Infantil Continuación de las aventuras de Scooby y su pandilla de amigos, que en esta ocasión se enfrentan a un anónimo enmascarado con malvados planes para aterrorizar a la ciudad de Coolsville. (FILMAFFINITY)
22 de diciembre de 2023
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Podrían haber servido de almuerzo para una horda de criaturas hambrientas, sobre todo las nutritivas Daphne y Velma, pero por desgracia los Mystery Inc. han vuelto para "deleitarnos" con sus "divertidas" peripecias combatiendo el Mal.
Sólo pido que dure poco...

A veces un recuerdo de la infancia no debe salir jamás de la zona donde éstos se almacenan, no debe revivirse, porque lo dejas emerger a tu versión adulta y el resultado puede ser nefasto; eso exactamente sucedió al volver a ver "Scooby-Doo", que incluso me compraron en DVD cuando era niño, el cual estará ahora en algún contenedor camino de un almacén de gestión de residuos. Pero también fue un éxito de taquilla...curiosamente la mayoría de críticas no coincidían con las altas recaudaciones; aun así el cheque de todos los implicados engordó los deseos de preparar una secuela (excepto el de Freddie Prinze, a quien le redujeron el salario por la fuerza).
El dinero y no otra cosa puso esto en marcha; me cuesta creer que Sarah Gellar, Linda Cardellini, incluso Matthew Lillard, al que sabemos que le falta un cromosoma, no sufrieran arcadas al verse poniendo esas caras tan raras y diciendo las frases de pacotilla que había escrito el puñetero James Gunn. Y vuelven a ponerse los trajes de sus maltratados personajes siguiendo con la sesión masoquista, empezando con los miembros de (pseudo-)Mystery Inc. convertidos en el equivalente de celebridades de MTV, reflejando bien las personalidades de los propios actores.

Empezando mal, entre chistes sin gracias, exceso de idiotez infantiloide y apuntes escatológicos, tres elementos que chiflan a Gunn y Gosnell y se irán repitiendo durante todo el metraje hasta la asfixia. Aparece Seth Green como conservador del museo donde se exponen los trofeos del grupo, y es menester avisar que su personaje no sirve para absolutamente nada, pasa por la historia haciéndonos creer que es importante y sólo es un recurso de despiste penoso; Gunn, en su tónica traumatizante, quiere convertirle en novio de Velma, llevando a uno de los más desagradables "gags" del díptico "Scooby": su aparición disfrazada de prostituta de los '70.
No niego que para un adulto la visión de Cardellini en traje de cuero rojo sea todo un disfrute onanista, pero esto sucede en la película incorrecta; primero porque la actriz tiene más curvas que Gellar y en los dibujos Daphne era la chica atractiva, no Velma, y segundo por la manía de mezclar el tono sexista y sexual con desvaríos infantiles. Esta secuencia de seducción y otros momentos en la película responderían a una combinación malsana de "American Pie" y "Lazy Town" con trazas de "Scary Movie", así tiene Gunn la cabeza. Luego se da el desplazamiento de Shaggy y el gran danés digital del grupo y su empeño en retomar la confianza de sus compañeros.

Esto ofrece a Lillard la oportunidad de tener más protagonismo en pantalla, otro tremendo fallo ya que este tipo no es buen actor y produce una grima horrorosa, por su manera de chillar, sus expresiones extrañas, sus movimientos aún más extraños, su pretensión de creerse gracioso cuando sólo es ridículo. Mientras tanto Fred, como Prinze había sido herido en su ego por su reducción de sueldo, se muestra más arrogante y vanidoso, Cardellini afronta con una falsa sonrisa el romance de Velma y Daphne sólo es un poco más gilipollas y víctima de un guión sexista. Y no demuestran ninguna química entre ellos.
Todo lo que se podría rescatar es el trabajo de efectos visuales y digitales, si bien el sobreexceso de CGI ha quedado reducido a día de hoy no a algo simpático y entrañable (lo que sí consiguen los efectos especiales de los '80, por ejemplo), sino obsoleto y poco atractivo; Gosnell también realiza muchas secuencias de acción de gran espectáculo, pero como a cada dos por tres se intercalan chistes sin gracia o bromas asquerosas (al nivel de Aaron Seltzer y Jason Friedberg, de verdad...), el ritmo se vuelve tedioso y sólo se desea que cuanto antes se pase a otra escena.

A esto se le suma el tan enredado y caótico guión, que acumula personajes inútiles y falsas pistas con la ilusión de creerse Gunn un heredero de John Michael Hayes, por no mencionar su empeño en denigrar la imagen del grupo todo el tiempo, con frases literales de desprecio de secundarios o a través de recuerdos que muestran un pasado nostálgico más halagüeño.
Está claro que este tipo odia la serie, pero no por ello debió hacerle eso a William Hannah y Joseph Barbera. Peter Boyle, Tim Blake Nelson y la repelente Alicia Silverstone tienen la misma importancia que Green: ninguna, y juro que las escenas de Shaggy y Scooby-doo dentro del bar es de lo más ridículo que he visto en muchos años. Gracias a Dios la recaudación fue menor y la 3.ª entrega se canceló...habría sido demasiado.
Chris Jiménez
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