Es una película para pasar el rato, sin más pretensiones. La ambientación está muy conseguida (si a estas alturas los efectos especiales no funcionan,...), pero es una historia sin chicha, donde dos actores de nivel, como son Paul Giamatti y el veterano Derek Jacobi (menuda serie la de Yo, Claudio) están totalmente desaprovechados.
La manía de mover constantemente la cámara en las escenas de lucha, quizás para darle una mayor sensación de realismo, hace que te marees al cabo de un rato. En definitiva, una película entretenida, pero plana, que no pasará a la Historia del Cine.