Un espectacular retorno a lo que mejor sabe hacer el veterano realizador Michael Bay, osea destruir todo lo que se ponga frente a su lente, a punta de persecuciones, explosiones, balaceras y frases lapidarias sin sentido tal vez, pero que importa cuando hemos sido testigos de un casi "infartante" viaje de más de dos horas en los que poco más se le puede pedir a un "Bayhem" en todo sentido. Porque eso venimos a ver y eso hemos recibido.

Entretenimiento "puro y "duro" casi desde el primer minuto, y en el que hay que destacar el ejemplar uso de los drones para la filmación, y por supuesto el trío de protagonistas conformado por unos intensos y desatados Jake Gyllenhaal y Yahya Abdul-Mateen II, cuya buena química se nota de principio a fin, al igual que una correcta Eiza González, que saca adelante de buena manera un rol exigente. De soporte se dejan ver Garret Dillahunt, Moses Ingram, Keir O'Donnell, Colin Woodell, Devan Long, Chelsea Harris y Sheila Houlahan.

Poco más que añadir. No esperaba menos de este realizador y siempre me preguntaré porqué dejó de lado este tipo de películas y en cambio dedico (desperdicio mejor dicho) gran parte de sus mejores años a la saga de Transformers.