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España España · Sant Boi de Llobregat (Barcelona)
Voto de Orlok:
9
Terror. Fantástico En esta película Dreyer nos introduce en un universo fantasmagórico por medio de imágenes expresionistas. Un joven viajero, Allan Gray, se aloja en un extraño castillo, cuya atmósfera densa y enrarecida recuerda la de las pesadillas. El joven comienza a tener espeluznantes visiones, de las cuales la más terrible es el descubrimiento de una mujer inconsciente que ha sido atacada por un vampiro en forma de bruja. El maestro Dreyer rueda ... [+]
4 de julio de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un viaje al terror subconsciente, una propuesta de vampirismo que va más allá de lo narrativo. El resultado es una propuesta adelantada a su tiempo, estaba concebida para ser una realización muda, aunque por la reciente llegada del cine sonoro se añadieron efectos de sonido. De todos modos, Vampyr resultó ser un fracaso económico en taquilla que llevo a Dreyer al alejamiento cinematográfico, diez años tardó en volver a rodar su siguiente película, Dies Irae.

La grandeza de Vampyr reside en su forma, muestra el terror como una sensación individual que cada persona percibe de forma distinta, no por lo que acontece a su alrededor, sino por como se percibe esa información. Vampyr es una película de sensaciones, la narración está en segundo plano, el montaje en paralelo confunde, fragmenta el espacio tiempo apartando la aparente lógica del argumento. La intención de Dreyer era recrear la sensación que se recuerda al tener una pesadilla, algo que consiguió aunque en su momento no cuajó con todo el público. La película es difícil de seguir, el montaje para reflejar sensaciones con toques surrealistas y elementos del expresionismo, es más perceptivo que narrativo. En la actualidad este tipo de línea se sigue utilizando con mayor o menor aceptación, por ejemplo, en películas de David Lynch. Cada fotograma de Vampyr ayuda a la construcción de un mundo fantasmagórico que se tambalea entre la realidad y lo irreal. Con cierto contenido sexual, onírico y surrealista, esta es una película con una fuerte carga enigmática

El personaje central es el conductor de la historia, una forma de hacer subjetiva la percepción del espectador hacia los simbolismos de cada plano. Nuestra mirada está ligada a la él, cada sugestión provocada por los extraños hechos que acontecen a su alrededor, repercute en la sensación que emiten las imágenes. La fotografía de la película de Rudolph Maté consigue uno de los efectos oníricos más especiales de la historia del cine, la variación de grises, la neblina y la gran iluminación que da vida a las sombras son una combinación hipnótica. Movimientos de cámara atrevidos y desconcertantes, encuadres llenos de simbolismo y un montaje paralelo para mostrar una narración idílica. Las localizaciones naturales, no se utilizaron decorados, los escenarios, así como el atrezzo, están llenos de pequeños simbolismos que potencian la idea de la muerte como un ente que está presente en todo momento. La sensación de terror y que el mal lo engloba todo hace de Vampyr una extraña experiencia. Vampyr es la expresión de lo que se siente cuando estamos entre el sueño y la realidad, una pesadilla atrapada en el celuloide.
Orlok
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