Llegas a verla, o a intentarlo, como fue mi caso, a través de la lectura del reparto en la ficha de la película. Sienna Miller, Irons, el actor de moda Hiddleston, la televisiva Moss... A los diez minutos tienes la sensación de que la película no avanza y a los veinte ya estás buscando una excusa para dejar de verla. No suelo estar de acuerdo con Boyero, pero esta vez suscribo sus comentarios: idiotez presuntamente brillante, una película sin argumento claro, sin mensaje ni sentido alguno. La idea de un edificio estructurado por estatus y situación social de sus habitantes no se desarrolla y todo parece carente de sentido. Simplemente, no terminé de verla.