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España España · Girona
Voto de Francesc:
5
Fantástico La "Petrox Company" envía una expedición, dirigida por Fred Wilson, a la Micronesia con la intención de encontrar petróleo. Con ellos va Jack Prescott, cuyo objetivo es encontrar un monstruo prehistórico. Durante la travesía, se encuentran un bote con una mujer que se ha salvado del naufragio del barco en que viajaba con un productor de cine. Cuando desembarcan, descubren una gran empalizada, y dentro observan que unos nativos colocan a ... [+]
24 de enero de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake absolutamente innecesario (como la mayoría) de la originalísima, espectacular, exitosa y sublime cinta de 1933, cambiando parte del argumento de aquella (el encuentro de la chica en medio del mar, el motivo de la expedición a la isla de la Calavera, el personaje de Jack Driscol, los demás personajes que se embarcan en la gran aventura, el mcguffin, etc) y aumentando en mucho el presupuesto, que para esto estamos en 1976, un año antes del estreno de Star Wars. Sin embargo, y a pesar de que me impresionó (y me asustó) gratamente cuando la vi en el cine con 6 años (recomiendo su visionado en la primera fila de una sala de 1000 espectadores, como hice yo) hoy, vista con los ojos de un adulto, se me antoja absolutamente prescindible, insulsa, aburrida e impropia por los siguientes motivos:

- Los primeros 30 minutos, en los que básicamente no pasa nada, se hacen eternos en su lentitud, y no consiguen enganchar para nada al espectador (justo al contrario de lo que debería ser una película de aventuras). Si uno no conociera ya la historia y lo que va a visionar después, es probable que a los 15 ó 20 minutos se levantara de la butaca, pidiera la devolución del precio de la entrada y se fuera del cine, decepcionado con lo que el director de la película le está contando.
- Hay un excesivo abuso de las transparencias. Esto era normal en la cinta de 1933. En ésta es imperdonable.
- La interpretación del gorila es como la de Esteso: un despropósito. Se nota demasiado que han cogido a un tipo y le han puesto un traje de gorila. Además, ni los movimientos son de simio ni la declamación de la bestia es aceptable. Podían haber puesto un poco más de interés en cuidar este aspecto.
- La serpiente que aparece en la isla y que es el único animal prediluviano que se enfrenta a nuestro simiesco héroe (en este sentido ésta cinta de 1976 es muy inferior a las otras dos del mismo título) es, simplemente, irrisoria, hasta tal punto que parece sacada de un todo a 100 en época de rebajas. ¿Cómo es posible que contando con tan elevado presupuesto no pueda disimularse siquiera que la serpiente es de juguete?
- A pesar de que Bridges y Lange son dos magníficos actores, en esta cinta están muy por debajo de sus posibilidades. La interpretación de él es muy poco creíble (con esa barba y esas maneras parece más simio que el propio Kong). La de ella, poco que decir: en algunas escenas parece que vaya drogada y no deja de hacer posturitas y decir estupideces, comportándose sin ton ni son, culpa del pobre guión. Ni siquiera su incuestionable belleza la salva de tan pésima interpretación. Seguro que la Lange querría olvidar su participación en esta cinta.
- Charles Grodin, que no es un mal actor (véase por ejemplo su magnífica interpretación en la película "Beethoven" de 1992), parece subnormal en la película, y su actuación es un auténtico despropósito.
- En cuanto a los decorados, tanto en la isla de la Calavera como en Nueva York, decir que se nota demasiado que son decorados. Del "Ibertren" que se carga Kong en Nueva York, mejor no hablar, pues la escena está tan mal rodada como una mala película de kung fu de viernes por la noche.
- En la isla prácticamente no hay escenas de lucha de Kong (con lo buenas que eran en la cinta de 1933 y en el remake, este sí, de 2005).
- En Nueva York todo pasa muy rápido (a diferencia del detallismo de la película de Peter Jackson): una presentación cutre del simio que parece sacado de una campaña electoral del partido republicano con sus colores yankis y sus banderas, su consabida fuga, un tren que es detenido por Kong y, sin más, ya se sube a las torres gemelas (¿no quedamos en que se subiría al Empire State building?) donde, sorpresa, es acribillado por unos helicópteros (en lugar de los aeroplanos de la original).
- El salto de una torre gemela a la otra de Kong con Lange en la mano (mejor dicho, con el muñeco de Lange en la mano) no sólo es ridículo, sino imposible, dotando de inverosimilitud (todavía más) a la cinta. Me recuerda mucho al salto del personaje de Tiburón (Jaws) de un teleférico al otro en "Moonraker", en la escena de Río de Janeiro, aunque no sé si es más bestia Kong o Tiburón.
- El toqueteo de Kong a la Lange en la isla es de pasar vergüenza ajena (el gorila cachondo, lo podríamos llamar). Lo de mojarla, para después secarla con un soplido es de película erótica de videoclub de los años 90.
- La cinta desprende un cierto olor a ecologismo y animalismo bien intencionado, pero un tanto absurdo.
- A veces Kong parece que mida 15 m y otras parece mucho más alto. Ahí tampoco está bien resuelta la película.
- Es como si se hubiese rodado sólo para ganar dinero, desconsiderando aspectos importantes como la interpretación, la puesta en escena o el guión.
- La versión de 1933 es, a pesar de su escueto presupuesto, infinitamente mejor. Y no sólo por original.
- La versión de 2005 es muy superior: está hecha con amor y máximo respeto al original, los efectos especiales son excelentes y aparece Naomi Watts (que además de ser muy guapa, es muy buena actriz).

Lo mejor: Los efectos especiales están a gran altura para la época. El cartel de la película también era muy bonito, aunque los aviones parecieran cohetes.
Lo peor: Que no resiste una comparación ni con la original de 1933 ni con el remake de 2005.

Si le quitas al simio y le pones a Jack Nicolson (que no deja de ser otra bestia), tienes como resultado "El cartero siempre llama dos veces". La Lange los pone cachondos a los dos por igual.

Al final, "King Kong" es puro entretenimiento, sin pretensiones pero con buen ritmo pasados los 30 primeros minutos, con unos efectos especiales asombrosos para el año 1976, sin ninguna verosimilitud pero también sin más pretensiones que hacernos pasar un buen rato, aunque todos conozcamos su desenlace. Y ahí sí que consigue su propósito, aunque por momentos aburre demasiado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Francesc
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