Buen producto de fantasía de la factoría APPLE, donde por fin, podemos disfrutar de cine a la antigua usanza que recuerda a los mejores momentos de Disney o Pixar, sin ningún tipo de connotaciones ideológicas y adoctrinadoras a las que las plataformas de streaming nos tienen acostumbrados. Tom Hanks interpreta a un genio misógino y misántropo, que ama más a los animales que a las personas. Si no fuera por el pequeño inconveniente que supone que haya habido un Armagedón y la humanidad haya desaparecido, él está encantado en ese nuevo mundo. Ama a su perro sobre todas las cosas, y construye un robot con la única finalidad de cuidar de Goodyear (el nombre del perro). El robot va aprendiendo y tomando consciencia de sí mismo y en ningún momento se cuestiona su sexualidad, si es un robot cisgénero o trans. Ni nos empiezan a plantear porqué lo construyó como hombre si posibilidad de elegir su género, que bien podría ser uno no dominante y ser fluido. Ni sobre la opresión a las que los hombres someten a los robots, tratándolos como esclavos trabajando las 24 h y sin ninguna clase de derechos sociales. La película es entrañable e idónea para ver en familia sin más pretensiones que la de pasar un buen rato.