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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Cine negro. Drama Johnny Ingram (Harry Belafonte), un cantante negro lleno de deudas debido a su compulsiva afición a las apuestas, Earl Slater (Robert Ryan), un ex presidiario racista que vive a costa de una mujer, y Dave Burke (Ed Begley), un ex policía corrupto y jugador, se unen para atracar un banco de Nueva York. Aunque el plan parece perfecto, pronto surgen entre ellos tensiones que pueden hacerlo fracasar. (FILMAFFINITY)
1 de enero de 2017
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A muchos nos llega ese momento en la vida en que sentimos que todas las puertas se han cerrado //////////, y entonces, como Umberto D., algunos piensan en suicidarse !; otros, como Erika Angermann (“Fraülein”) se ven tentados a prostituirse ^… y algunos más, deciden llevar a cabo el asalto a un banco $$$$$, pues, “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”, según reza el libro sagrado de varias iglesias.

Dave Burke, un expolicía que estuvo preso por desacato, se encuentra ahora en crisis, y resentido con la sociedad que lo sacó de en medio, tiene ahora entre ceja y ceja el First National Bank de Melton, donde confía en hacerse con una buena suma que le devolverá la sonrisa, tanto a él como a sus compinches. Y para dar el golpe, Burke va a reunirse con Earl Slater, un exrecluso racista en el ocaso, cansado de sentirse mantenido por su chica, y con Johnny Ingram, cantante de un club nocturno a quien, las apuestas, no lo vienen favoreciendo y una deuda está llevando a que amenacen a su esposa (de quien está "separado") y a su adorada hija.

Son tres perdedores que terminan convencidos de que, el asalto a aquel banco los sacará de lamentos. Pero, hay llaves que abren la puerta de la desgracia, otras que dan paso a un nuevo fracaso, y otras que llevan derecho hacia la felicidad… ¿Cuáles llaves serán las que obtengan estos tres personajes? Por supuesto, para una buena elección, habrá que tomar en cuenta que, en el cine, triunfan más las leyes sociales que las divinas.

La novela, “Odds against tomorrow”, que William P. McGivern (a quien ya conocíamos por “The big heat”) publicara en 1959, interesó primero a Harry Belafonte, y fué este quien la dio a Abraham Polonsky para que la convirtiera a guion cinematográfico, pero hallándose, también Polonsky, bajo el estigma de la HUAC, fue un amigo de Belafonte (John O. Killens) quien sirvió de testaferro, y sólo hasta 1996, la Writers Guild of America, le devolvió el crédito a su autor para las recientes impresiones en DVD. Tres años antes de su fallecimiento y con lágrimas en los ojos, Abraham Polonsky pudo ver, por fin, su nombre en la pantalla.

El magnífico pulso narrativo de Polonsky y el virtuosismo del director Robert Wise, se conjugan para lograr otro sólido alegato antirracista y un nuevo desenmascaramiento del American Dream con el que, por años, se preservó la ficticia tierra prometida. Aquí campea la depresión, la discriminación, las carencias… y los charcos en las calles sirven de metáfora para dar cuenta de que, las oportunidades, son sólo para algunos porque, la mayoría, se hunde en el fango y en la miseria.

Robert Ryan, luce muy convincente en ese rol de tipo duro que se esfuerza por controlarse para no repetir los errores del pasado, pero su racismo sale a flote sin que pueda dominarlo… y pareciera ansiar que alguien se sobrepase con él para sentirse justificado. Harry Belafonte, será el personaje amable de la historia y el que más nos sensibilice cuando conozcamos su arte y sus relaciones familiares. Ed Begley, es el hombre esperanzado que sostendrá las llaves del destino. Y Shelley Winters, la suerte de mujer que algunos hombres no se merecen.

Si quieres ver a unos cuantos seres humanos con sus deseos y contradicciones, los cuales te pondrán camino de comprender un poco más a la humanidad, “APUESTAS CONTRA EL MAÑANA”, puede ser tu película.

Título para Latinoamérica: “RETO AL DESTINO”
Luis Guillermo Cardona
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