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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Aventuras El faraón Keops ordena construir la pirámide donde reposarán sus restos cuando acceda a la vida de ultratumba. Su propósito es que supere a todas las realizadas anteriormente en cualquier parte del mundo, pero la construcción se interrumpe al agotarse las canteras más próximas. Para reanudarla, decide cobrar tributos a Chipre, donde reina la bellísima y ambiciosa princesa Nellifer... Esplendorosa superproducción ambientada en el Antiguo ... [+]
21 de septiembre de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El siglo 26 antes de Cristo, fue conocido en Egipto como el Imperio Antiguo, y durante la cuarta dinastía en su primera mitad, el faraón de turno se llamó Khnum-Khufu, a quien se le recuerda especialmente por haber sido comisionado para construir la Gran Pirámide de Guiza, reconocida luego, como una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Acerca de la vida y de la manera como gobernó Khufu, muy poco o nada se sabe a ciencia cierta, y son más las especulaciones y/o alardes de ciertos historiadores, cuando osan difundir materiales en este sentido. Por lo tanto, cualquier cosa que se diga sobre este faraón, es tan falsa o cierta como las probabilidades lo permitan. Lo que sí se sabe con certeza es que, durante el Imperio Antiguo (tiempo en el que transcurre la película “TIERRA DE FARAONES”), no existían los camellos ni los caballos amaestrados, los loros de la amazonía era imposible encontrarlos a menos que alguien hubiese hecho, entonces, un viajecito por América (¡!) y se hubiese llevado alguno. El cobre y el hierro eran aún tesoros por descubrir muchísimos años después… así que, cualquier cosa de éstas que podamos ver en la película, tan sólo obedece a la falta de rigor histórico conque, comúnmente, hace Hollywood sus películas. Se ahorran un historiador porque subestiman el arte (tesis sustentable a todo nivel) y porque consideran que, a la gran mayoría del público, sólo le interesa ver a actores atractivos y que les cuenten una historia emocionante o impactante… Y lo peor de todo, es que aquí les cabe razón.

Si también, ahora, obviamos esto y, además, nos tapamos los ojos ante el montón de obreros que fingen estar horadando las piedras… ante la ridícula escena en la que Khufu demuestra su fuerza dominando un becerro… o ante el pobrísimo uso de efectos visuales para que veamos objetos que caen durante el accidente del emperador… Lo que queda es otro interesante y sonrojante cuento de la manera como ¡tantas, pero tantas veces!, una bella y “frágil” mujer, ha sido la ruina de los tipos más codiciosos del mundo. Don Luci se ríe y quizás piensa: “¡Oh sexo, cuanto me has servido para derribar a los ‘poderosos’!

El guion de William Faulkner, Harry Kurnitz y Harold Jack Bloom, puede apreciarse, positivamente, en algunos atinados diálogos, en los aportes sobre la novedosa construcción y, sobre todo, en la trama que involucra al faraón, la segunda esposa y el protector del tesoro. En la actuación, Jack Hawkins, se asemeja un tanto a la única estatuilla que se conoce del faraón Khufu y logra hacernos sentir a un personaje de esos que dan grima con su prepotencia y su vanagloria; Joan Collins (Nellifer), con suficiente belleza y carácter como para moverle la escalera a cualquier prepotente; James Robertson Justice, el sensato arquitecto Vashtar que se jugará la vida para salvar a su pueblo; y Alexis Minotis, como Hamar, nos ofrecerá una anacrónica, pero impactante despedida para una reina y unos sacerdotes. Y en la dirección, Howard Hawks quedó tan desencantado con la escasa acogida que se le dio al filme, que dejó el cine durante algunos años y se dedicó a viajar para reflexionar sobre su futuro.

¿Y dónde quedó enterrado el cuerpo de Khufu? Les dejo la tarea.
Luis Guillermo Cardona
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