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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
8
Drama Narra la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis: el sueco Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf), un enfrentamiento legendario de la historia del deporte que tuvo su culminación en la final de Wimbledon de 1980, que enfrentó a ambos. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues no hace falta ser un gran aficionado al tenis para poder disfrutar de esta película. Aunque es evidente que a los buenos seguidores del deporte de la raqueta les encantará volver a vivir la mítica final de Wimbledon de 1980, quizás hasta sea mejor no recordar ni tener idea de cómo se desarrolló el partido, para poder contemplarlo con los ojos del que ve algo nuevo. La verdad es que tanto la final, como la contrapuesta personalidad de los dos contrincantes pedían a gritos una película. Es de aquellos momentos de la Historia que ni el mejor de los guionistas hubiese podido mejorar. Y la recreación que nos regala Janus Metz es sencillamente apoteósica. Exquisita en el detalle, y ajustada en el retrato psicológico de sus personajes principales. Un Borg del que vemos su evolución, de niño rebelde a joven de aspecto atormentado, frío en la pista, pero con un volcán interno siempre amenazando de entrar en erupción. Y un McEnroe que Shia LaBeouf hace suyo sin aparente esfuerzo, seguramente ayudado por un carácter explosivo que ambos comparten.

También es cierto que ya hemos visto rivalidades parecidas en pantalla, sean reales o ficticias, pero casi siempre en otro tipo de deportes más cinematográficos por decirlo de alguna manera. Pero nunca el tenis había estado tan bien reflejado. Nunca la hierba de Wimbledon o el golpe de la pelota contra las raquetas nos habían parecido tan cercanos.Nunca unos planos nos habían hecho ver el tenis tan bello. Así pues, alternando flashbacks y el presente, la película va dejando que sea la propia Historia la que vaya marcando su ritmo, desembocando finalmente en un clímax que desborda las emociones contenidas. Sin excesivos alardes ni exageraciones postizas, simplemente valiéndose de un exhaustivo ejercicio de recreación cinematográfica, Metz consigue un fresco histórico de indudable valor, a la vez que nos regala una de las mejores películas del año.

Lo mejor: la épica del episodio histórico, perfectamente reflejada en la ficción.

Lo peor: pensar que solo va dirigida a los aficionados al tenis.
AMQE
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