Buen comienzo para un amnésico Matt Damon en su papel de Jason Bourne y a mayor sufrimiento del espectador que guste de los filmes repletos de acción e intriga a tutiplén que con ésta primera entrega solo nos ofrece el aperitivo sobre las desventuras que tiene que sufrir un personaje de tan magna fuerza y habilidades contra todo bicho viviente que lo desea muerto y borrado de la faz de la Tierra. Damon interpreta a un amnésico agente de la CIA (valorado en más de treinta millones de dólares por su preparación como letal en su profesión) interesado en desvelar sus orígenes con unos superiores (sobresaliente Chris Cooper) dispuestos a sacar de sus jaulas dispersas por todas las capitales del mundo a francotiradores, entre ellos a un entonces desconocido Clive Owen.

El film de Doug Liman (realizador de las posteriores e irregulares “Jumper” y “Sr. Y Sra. Smith), una laberíntica y entretejida tela de araña que acaece mayormente en las calles de París, es un “remake” de una producción televisiva dirigida en 1985 por Roger Young (Lassiter; Gulag; Ley y Orden) que interpretaron el expájaro espino Richard Chamberlain y la exángel de Charlie Jaclyn Smith con menos recursos efectistas que el film de Liman al que continuarían dos entregas más espectaculares; “El Mito de Bourne” (The Bourne Supremacy, 2004) y “El Ultimátum de Bourne” (The Bourne Ultimatum, 2007), ambas dirigidas por Paul Greengrass (Bloody Sunday), y que siguen siendo un obsequio a ojos de los aficionados al género. Y a la espera de una cuarta entrega que se estrenará éste verano, “El Legado de Bourne” pero sin Matt Damon al frente.