Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Natxo Borràs:
4
Thriller. Drama. Terror Dos amigas cogen el tren para pasar las vacaciones de Navidad en casa de los padres de una de ellas. Pero en el tren se cuelan dos pervertidos que las que las someterán a toda clase de vejaciones y sufrimientos. Ademas los dos delincuentes cuentan con la complicidad de una extraña mujer que tambien viaja en el tren. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2012
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Margaret (Irene Miracle) y Lisa (Laura D´Angelo) son dos amigas que deciden pasar los días de Navidad en Italia, en casa de los padres de ésta última. Tendrán que tomar un tren desde Munich, no antes sin haber llamado al eminente doctor Giulio Stradi (Enrico Maria Salerno) de que el viaje va a tener demora por la intromisión de dos gamberros (Flavio Bucci y Gianfranco De Grassi). Lo que el afable doctor y su esposa (Marina Berti) ignoran es que las dos chicas van a ser las potenciales víctimas de unos pervertidos que más allá de divertirse de sus juergas, se atreven a implicarlas en un pervertido juego de sexo, sangre, y con la complicidad de una madura dama (Macha Méril) que se siente atraída en un principio por uno de ellos.

Película italiana muy en la línea de “La Última Casa a la Izquierda” (The Last House on the Left, 1972) de Wes Craven y, que, de hecho, empezaban a surgir películas de éste tipo con una carga emocionalmente erótica, violenta y dispuesta a herir la sensibilidad al espectador (así como también abrir la brecha del aburrimiento, porque la “S” también podía considerarse somnífera) pero que en ése momento despertaron la controversia incluso a los insomnes capaces de soportar una sesión de horror, perversión y violencia en cualquier sesión de medianoche.

La Película de Aldo lado es el claro ejemplo de un sinfín de películas morbosas (la mayoría de manufactura italiana) que aprovecharon el filón de tabués añadidos al simplificado cine erótico y que por ello ampliaba su campo genérico añadiéndole unas previas dosis de sangre y sadismo para salsear y darle sabor al morbo.

Atención a la banda sonora de Ennio Morricone. Al igual que empleara magistralmente el uso de la harmónica cada vez que aparecía el personaje de Charles Bronson en “Hasta que llegó su Hora” (Once Upon a Time in the West, 1968) de Sergio Leone, aquí hace lo mismo en la entrada en escena de uno de los gamberros.
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow