En la línea de The Hangover (Que pasó ayer?), y con similar humor, Horrible Bosses de a ratos entretiene y de a ratos se excede.

El planteo de la historia es lo más interesante de todo. Tres amigos, evidentemente agobiados por las relaciones que tienen con sus jefes, deciden, una vez llegado al límite, asesinarlos para acabar con su frustrante situación.
Uno de ellos se ha matado toda su vida para conseguir el ascenso. Su jefe, caracterizado por el grandioso Kevin Spacey es un condenado obsesivo que se divierte ilusionándolo intencionalmente.
El segundo, recién comprometido con su novia, sufre el acoso sexual de su jefa, dentista, y recibe amenzas en caso de no acceder a sus pedidos.
El último, que tiene una relación muy cómplice con su jefe pero que a raíz de la muerte de éste, queda librado a su suerte luego de enterarse que la presidencia queda en manos del cocainómano hijo.

Los tres amigos, en una búsqueda extrema de la felicidad, deciden tomar la más drástica determinación: Asesinar a quienes les quitan la alegría diaria.

Horrible Bosses tiene dos caras.
Por un lado, momentos de humor contínuo e irresistible.
Por otro, momentos de humor exagerado y torpe, apenas jocoso.

Mientras se mantiene en sus casillas, la película se vueve distinta, alejada de las típicas comedias americanas. Cuando descarrila aburre y se excede intentando forzar una risa que nunca llega.

Como punto negativo, algunos momentos donde el humor recurre a lugares comunes e intentos de risas fáciles.
Como puntos positivos, algunos momentos de humor al borde de las lágrimas.
Destacable la labor de los tres jefes: Buen papel de Jennifer Aniston, muy buen papel de Colin Farrell y casi una obviedad, maravillosa actuación de Kevin Spacey.

El resultado final no es malo y sin apabullar merece visionado.
Nadie se va a morir por no ver esta película, pero ¿qué más da?, vale la pena intentarlo.
Nota: 6