Esta película es como una sesión de terapia para mi. Todos fuimos, somos o seremos alguna vez Hache, ese maldito momento en la vida donde tenes que elegir que carajo vas a hacer de ella. Quien o qué determina cuando hay que hacerlo?.
La exigencia y el que diran de tus familiares, no saben lo difícil que es para una persona no saber lo que queres para tu vida, que profesión seguir, estudiar, no tener una vocación, sentirte fuera del sistema. Que linda sería la vida si se pudiera vivir sin tener que trabajar, sin obligaciones. Pero el sistema te lo exige, si no te pasan por arriba, literalmente, y nadie se da cuenta de tu existencia. Después viene el momento donde tenes que tratar de dejar el nido, independizarte, tus padres que se van a vivir a otro lugar y uno por orgullo, verguenza o vaya a saber que, no los sigue y decide aunque no lo sienta vivir solo, es un desafío casi obligatorio, aun sin sentirnos preparados, sin estar convencidos, necesitamos demostrarnos a nosotros mismos y a los demás que podemos. El mundo en el que vivimos nos lo hace aun más difícil, son los obstáculos que te pone la vida y uno tiene que tratar de pasarlos para lograr la madurez. Pero hay algo peor que no saber que hacer a los 19 años, y es no saber que hacer a los 32. Como dice una canción: "La vida es una moneda, quien la rebusca la tiene, solo se trata de vivir, esa es la historia" y yo por ahora prefiero seguir ese modo de vida de Hache,
vivir sin exigirme nada, sin planificar nada, soy un bicho raro?, quizás, pero no soy el único.
Las actuaciones son soberbias y que decir de la dupla Luppi-Aristarain, lo mejor del cine Argentino.