Si hay un cine de gran interés para mí, además del iraní, es el rumano. Temática poco vista, momentos intensos y de crudeza sin revestimientos y actores en estado de gracias conforman una industria pequeña pero que está empezando a hacerse fuerte de unos años a esta parte en festivales y entre el público más centrado en la caza de nuevas caminos de la cinematografía.
En Los exámenes se nos presenta una diatriba moral sobre qué hacer en caso de aprobar un examen tras un grave problema unos días antes: si hacerlo por méritos propios o buscar influencias externas.
Según parece, éste es un problema endémico, porque en la película se nos cuenta como si fuera algo propio de la sociedad rumana, pero eso pasa en España o en cualquier otro lugar del globo.
Los actores son todos estupendos, destacando a ese padre sobreprotector que es Adrian Titieni, y hay que decir que Cristian Mungiu es junto a Corneliu Porumboiu el futuro del cine de su país y del cine en general. Esperamos muchas historias como éstas.

Bill de Caledonia