Nueva diana de carapalo.

Aunque al parecer está considerada como tal, no me parece una de las grandes hazañas del abuelo que jamás admitió tener Vitor Baia, pese a lo cual la he disfrutado bastante, por descontado.

Esas hostias en el barco, esas zambullidas desde la cubierta cual Axl en el videoclip de Estranged, esas inmersiones con un traje gigantesco de buzo, esas luchas con caníbales... en fin, otra exhibición.

Si sigo a este ritmo, llegará un día en el que ya no me queden ver más películas de carapalo, y será una verdadera lástima, la verdad, porque en estos últimos meses le siento casi como un hermano.