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Voto de TOM REGAN:
6
6,9
322
Ciencia ficción. Drama
James A. Corry es un recluso condenado a confinamiento solitario... en un lejano planeta desértico. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
197/03(03/11/19) Sugerente séptimo episodio de la primera temporada de la serie antológica de culto “The Twilight Zone” creada por Rod Serling (escribe casi todos los episodios, entre ellos este) para la CBS. Hace 60 años que estrenaron este capítulo (el 13 de noviembre de 1959) dirigido por Jack Smight (dirigió tres más de la serie) y se mantiene fresco en su reflexión sobre la soledad y la necesidad de compañía, uno de los mantras de la serie, colocar a un personaje solo ante un mundo vacío, aquí no hay misterios, ni giros finales impactantes, hay una historia dramática con la que nos podemos identificar. Asimismo se hace una superficial reflexión sobre el poder de la Inteligencia Artificial, sobre la difusa línea entre el humano y su creación. Hay que verla como una fábula, pues no aguanta un análisis que la condena a un reo sea recluirlo 50 años en un planeta inhóspito y deshabitado, al que hay que visitar cada tres meses para avituallarlo, cuanto no costaría al estado que lo recluye allí?
"Sea testigo, si lo desea, de un calabozo, hecho de montañas, salinas y arena que se extienden hasta el infinito. El calabozo tiene un interno: James A. Corry. Y esta es su residencia: una choza de metal. Un viejo auto de turismo que se pone en cuclillas al sol y no va a ninguna parte, ya que no hay a dónde ir. Para que conste, que se sepa que James A. Corry es un criminal condenado en régimen de aislamiento. El confinamiento en este caso se extiende hasta donde alcanza la vista, porque esta mazmorra en particular se encuentra en un asteroide a nueve millones de millas de la Tierra. Ahora se testigo, si quieres, de que la mente y el cuerpo de un hombre se marchitan al sol, un hombre muriendo de soledad."
Corry (Jack Warden), un asesino sentenciado al castigo máximo: cincuenta años en un asteroide a miles de millas de la Tierra. Su único contacto humano es una nave de suministros que llega cada tres meses, con el Capitán Allenby (John Dehner) a bordo. En una visita, Allenbe trae una caja para Corry, dentro hay una robot llamado Alicia (Jean Marsh).
Es una historita que se puede dividir en tres tramos. Uno es el inicio con la visita de Allenby, donde se nos presentan los personajes y la situación, la desesperación de Corry cual perrito coleteando alrededor de su dueño cuando aparece Allenbe, buscando compañía, nos enteramos por que está allí el protagonista, entonces Allenby se va y deja un regalo a Corry; Y con esto arranca el bloque central, el corazón de estos escasos 25 minutos, impulsando una historia de amor contra natura, desarrollándola primero en una agria compostura, pero unas lágrimas rompen el hielo y desembocan en una elipsis bien manejada, pero que solo evidencia el defecto del episodio, y es que faltan minutos para dar credibilidad a esta relación; que en el tercer bloque, con la llegada otra vez de Allenby desemboca en algo brusco y apresurado, con un final cortante y poco satisfactorio, quedándose en un quiero y no puedo, lanzando ideas para dilemas morales, m pero luego no rematando la jugada, e incluso poco valiente en las diferentes salidas que tenía este relato quimérico.
Jack Warden da una actuación magnífica como el solitario falto de compañía; Jean Marsh está esplendida como el robot Alicia, desprendiendo ternura; John Dehner como el Capitán Allenby infunde carácter a su rol, desplegando química con Warden.
Fue el primero de varios episodios (incluyendo "Disparé una flecha en el aire", "A cien metros sobre la colina" y "The Rip Van Winkle Caper") que se filmó en el Death Valley. Sin estar preparados para las terribles condiciones que enfrentarían, el equipo sufrió deshidratación extrema y agotamiento por el calor, y el director de fotografía George T. Clemens incluso se derrumbó, cayendo de una grúa mientras la filmación continuaba.
En conjunto me queda un capítulo que resulta muy entretenido, proponiendo temas para pensar, pero en su rush final no acaba la faena. Fuerza y honor!!!
"Sea testigo, si lo desea, de un calabozo, hecho de montañas, salinas y arena que se extienden hasta el infinito. El calabozo tiene un interno: James A. Corry. Y esta es su residencia: una choza de metal. Un viejo auto de turismo que se pone en cuclillas al sol y no va a ninguna parte, ya que no hay a dónde ir. Para que conste, que se sepa que James A. Corry es un criminal condenado en régimen de aislamiento. El confinamiento en este caso se extiende hasta donde alcanza la vista, porque esta mazmorra en particular se encuentra en un asteroide a nueve millones de millas de la Tierra. Ahora se testigo, si quieres, de que la mente y el cuerpo de un hombre se marchitan al sol, un hombre muriendo de soledad."
Corry (Jack Warden), un asesino sentenciado al castigo máximo: cincuenta años en un asteroide a miles de millas de la Tierra. Su único contacto humano es una nave de suministros que llega cada tres meses, con el Capitán Allenby (John Dehner) a bordo. En una visita, Allenbe trae una caja para Corry, dentro hay una robot llamado Alicia (Jean Marsh).
Es una historita que se puede dividir en tres tramos. Uno es el inicio con la visita de Allenby, donde se nos presentan los personajes y la situación, la desesperación de Corry cual perrito coleteando alrededor de su dueño cuando aparece Allenbe, buscando compañía, nos enteramos por que está allí el protagonista, entonces Allenby se va y deja un regalo a Corry; Y con esto arranca el bloque central, el corazón de estos escasos 25 minutos, impulsando una historia de amor contra natura, desarrollándola primero en una agria compostura, pero unas lágrimas rompen el hielo y desembocan en una elipsis bien manejada, pero que solo evidencia el defecto del episodio, y es que faltan minutos para dar credibilidad a esta relación; que en el tercer bloque, con la llegada otra vez de Allenby desemboca en algo brusco y apresurado, con un final cortante y poco satisfactorio, quedándose en un quiero y no puedo, lanzando ideas para dilemas morales, m pero luego no rematando la jugada, e incluso poco valiente en las diferentes salidas que tenía este relato quimérico.
Jack Warden da una actuación magnífica como el solitario falto de compañía; Jean Marsh está esplendida como el robot Alicia, desprendiendo ternura; John Dehner como el Capitán Allenby infunde carácter a su rol, desplegando química con Warden.
Fue el primero de varios episodios (incluyendo "Disparé una flecha en el aire", "A cien metros sobre la colina" y "The Rip Van Winkle Caper") que se filmó en el Death Valley. Sin estar preparados para las terribles condiciones que enfrentarían, el equipo sufrió deshidratación extrema y agotamiento por el calor, y el director de fotografía George T. Clemens incluso se derrumbó, cayendo de una grúa mientras la filmación continuaba.
En conjunto me queda un capítulo que resulta muy entretenido, proponiendo temas para pensar, pero en su rush final no acaba la faena. Fuerza y honor!!!