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Voto de TOM REGAN:
8
7,3
15.247
Bélico. Acción
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Minucioso relato del desembarco de las tropas aliadas en las playas de Normandía el 6 de junio de 1944, día que señaló el comienzo del fin de la dominación nazi sobre Europa. En este ataque participaron 3.000.000 de hombres, 11.000 aviones y 4.000 barcos. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
79/02(06/06/14) Fastuosa recreación sobre las 24 horas que cambiaron el mundo, producida por el megalómano Daryl F. Zanuck, gran tributo a la operación militar (Overlord) más grande de la historia el Día D, batalla decisiva para el devenir de la contienda, superproducción con 10 millones $, la más costosa en blanco y negro hasta “La Lista De Schindler”, vista desde todos los ángulos, el aliado y el alemán, se da personalidad a los germanos y no se les caricaturiza, todos hablan en su lengua original, el inglés, el teutón y el francés, cuenta con cuantioso elenco actoral, regida por 4 directores, se dedica cada uno a un segmento, Ken Annakin rodaría los exteriores con ingleses y galos, Andrew Marton con los estadounidenses , Gerd Oswald las de los paracaidistas y Bernard Wicki lo referente a alemanes, y coordinando el productor, que incluso dirigió sin créditos finales.
Zanuck pagó 175000 $ a Cornelius Ryan (corresponsal de guerra en el desembarco) por los derechos del homónimo libro, mucho de lo que aparece en el film no está en la novela. Comienza en la tensa espera en el bando aliado con millones de hombres esperando el momento para cruzar el canal de la Mancha, en el otro lado los nazis, saben la invasión es cuestión de días, no saben el lugar, y llega la primera oleada de invasores en la noche, con ataques aéreos, saltan los paracaidistas y su misión controlar puntos estratégicos, primero es caos y dispersión de paracas, la resistencia francesa sabotea comunicaciones nazis, por la mañana llega el desembarco épico, batalla encarnizada, con la famosa escalada al Point Du Hoc, el bando alemán asiste con asombro a como los mandos están atados de manos ante una esperpéntica situación, Hitler se ha tomado una pastilla para dormir y ha ordenado no se le despierte, es el único que puede movilizar los tanques para defender las playas de Normandía.
Cronología detallada de los acontecimientos, con hábil montaje ofrece un mosaico claro de los hechos, sin posicionarse políticamente, no hay buenos ni malos, solo soldados cumpliendo órdenes, esto sirve para dotar de humanidad a los personajes estén en el bando que estén, sobre todo a los alemanes a los que se embiste de honor, nobleza y orgullo, para no ensuciarlos no hay un solo saludo nazi (<Heil Hitler!>), ejemplo en el inicio el soliloquio homérico del Mariscal Rommel sobre la esperada invasión y lo que será <El Día Más Largo>. Relato surcado por decenas de historias, desde los altos mandos con sus dudas y arrebatos, y los soldados de a pie, unas con más minutos en pantalla que otras, algunas microhistorias-cameos, entrelazándose de modo desigual, alternando el drama con sugestivas dosis de humor. Se exalta la valentía, los sentimientos del deber, la resistencia, ello enmarcado en un sangriento día en el que las posibilidades de estar vivo al acabarlo no eran muchas. La cinta son 3 horas entretenidas, nunca acude el tedio, rebosantes de acción, escenas prodigiosas, frases ingeniosas, pero tiene la tara de que al querer acoger mucho se pierde en profundidad, se pierde en capacidad emocional, y se gana en superficialidad y en un sentido frío de docudrama.
La cinta posee escenas visualmente impresionantes, tomas aéreas magníficas, explosiones, artillería pesada de gran veracidad, movimientos de masas de personas espléndidas, y es que la puesta en escena es su pilar más fuerte. Una fabulosa dirección artística de Léon Barsacq (“Los Niños Del Paraíso”), Ted Haworth (“Con Faldas Y A Lo Loco”), Vincent Korda (“El Tercer Hombre”) con exuberante recreación de los lugares reales, engrandecido los escenarios por la gloriosa fotografía en b/n de Jean Bourgoin (“Mister Arkadin”), Walter Wottitz (“El Tren”), imprimiendo una tonalidad grisácea muy acorde con el tiempo, asemejándola a los noticiarios de la época. Y esto adornado por la excelsa música de Maurice Jarre, dotando de tintes épicos a la narración, incluyendo extractos de la Quinta Sinfonía de Beethoven, se añade el tema “A Longest Day” de Paul Anka.
La cinta posee un tremendo atractivo visual, como el travelling hacia atrás en un hangar, unos soldados juegan a los dados y la cámara retrocede poco a poco mostrando un infinito reguero de literas de 3 alturas con superpoblación hacinada de militares, o como van cayendo los paracaidistas sobre el pueblo de Sainte-Mére-Églese, comenzando las hostilidades con los nazis, uno de los paracas (Red Buttons) queda enganchado al campanario de la iglesia, o el vibrante asalto británico al Puente Pegaso, o el descarrilamiento por explosión de un tren de tropas nazis, espectacular, o la delirante cuando dos grupos de soldados uno americano y otro alemán se cruzan en la noche separados por un muro de piedra, van mirando el cielo con los aviones y no se percatan el uno del otro, o la impactante primera visión de un oficial nazi de la gigantesca flota de Invasión, o la Colosal oleada masiva de soldados arribando a las playas de las barcazas, con travellings, coreografías brillantes, explosiones, muertos, o la Apoteósica toma aérea desde los dos cazas alemanes que acribillan a decenas de aliados en las playas de Juno y Gold, descomunal barrido flotando sobre cientos de cabezas de los aliados, fascinante, o la flema británica representada en el gaitero que acompaña a un grupo de soldados o en un mando que lleva a su mascota en la playa, un bulldog, o la tensa y valerosa subida de 30 m. de los Rangers USA al Point du Hoc defendido por la Wehrmacht, encarnizada batalla, o la epopéyica batalla por Ouistreham, comenzando con toma aérea Antológica, glorioso travelling de minuto y medio con puerto en el centro, movimientos de decenas de soldados en combate, con explosiones y disparos, la cámara danza al son de la acción, levitando por los techos con las defensas nazis, siendo protagonista de la secuencia, prodigioso, con un apocalíptico enfrentamiento por el casino de la villa donde se concentran los nazis,… (continua en spoiler por falta de espacio)
Zanuck pagó 175000 $ a Cornelius Ryan (corresponsal de guerra en el desembarco) por los derechos del homónimo libro, mucho de lo que aparece en el film no está en la novela. Comienza en la tensa espera en el bando aliado con millones de hombres esperando el momento para cruzar el canal de la Mancha, en el otro lado los nazis, saben la invasión es cuestión de días, no saben el lugar, y llega la primera oleada de invasores en la noche, con ataques aéreos, saltan los paracaidistas y su misión controlar puntos estratégicos, primero es caos y dispersión de paracas, la resistencia francesa sabotea comunicaciones nazis, por la mañana llega el desembarco épico, batalla encarnizada, con la famosa escalada al Point Du Hoc, el bando alemán asiste con asombro a como los mandos están atados de manos ante una esperpéntica situación, Hitler se ha tomado una pastilla para dormir y ha ordenado no se le despierte, es el único que puede movilizar los tanques para defender las playas de Normandía.
Cronología detallada de los acontecimientos, con hábil montaje ofrece un mosaico claro de los hechos, sin posicionarse políticamente, no hay buenos ni malos, solo soldados cumpliendo órdenes, esto sirve para dotar de humanidad a los personajes estén en el bando que estén, sobre todo a los alemanes a los que se embiste de honor, nobleza y orgullo, para no ensuciarlos no hay un solo saludo nazi (<Heil Hitler!>), ejemplo en el inicio el soliloquio homérico del Mariscal Rommel sobre la esperada invasión y lo que será <El Día Más Largo>. Relato surcado por decenas de historias, desde los altos mandos con sus dudas y arrebatos, y los soldados de a pie, unas con más minutos en pantalla que otras, algunas microhistorias-cameos, entrelazándose de modo desigual, alternando el drama con sugestivas dosis de humor. Se exalta la valentía, los sentimientos del deber, la resistencia, ello enmarcado en un sangriento día en el que las posibilidades de estar vivo al acabarlo no eran muchas. La cinta son 3 horas entretenidas, nunca acude el tedio, rebosantes de acción, escenas prodigiosas, frases ingeniosas, pero tiene la tara de que al querer acoger mucho se pierde en profundidad, se pierde en capacidad emocional, y se gana en superficialidad y en un sentido frío de docudrama.
La cinta posee escenas visualmente impresionantes, tomas aéreas magníficas, explosiones, artillería pesada de gran veracidad, movimientos de masas de personas espléndidas, y es que la puesta en escena es su pilar más fuerte. Una fabulosa dirección artística de Léon Barsacq (“Los Niños Del Paraíso”), Ted Haworth (“Con Faldas Y A Lo Loco”), Vincent Korda (“El Tercer Hombre”) con exuberante recreación de los lugares reales, engrandecido los escenarios por la gloriosa fotografía en b/n de Jean Bourgoin (“Mister Arkadin”), Walter Wottitz (“El Tren”), imprimiendo una tonalidad grisácea muy acorde con el tiempo, asemejándola a los noticiarios de la época. Y esto adornado por la excelsa música de Maurice Jarre, dotando de tintes épicos a la narración, incluyendo extractos de la Quinta Sinfonía de Beethoven, se añade el tema “A Longest Day” de Paul Anka.
La cinta posee un tremendo atractivo visual, como el travelling hacia atrás en un hangar, unos soldados juegan a los dados y la cámara retrocede poco a poco mostrando un infinito reguero de literas de 3 alturas con superpoblación hacinada de militares, o como van cayendo los paracaidistas sobre el pueblo de Sainte-Mére-Églese, comenzando las hostilidades con los nazis, uno de los paracas (Red Buttons) queda enganchado al campanario de la iglesia, o el vibrante asalto británico al Puente Pegaso, o el descarrilamiento por explosión de un tren de tropas nazis, espectacular, o la delirante cuando dos grupos de soldados uno americano y otro alemán se cruzan en la noche separados por un muro de piedra, van mirando el cielo con los aviones y no se percatan el uno del otro, o la impactante primera visión de un oficial nazi de la gigantesca flota de Invasión, o la Colosal oleada masiva de soldados arribando a las playas de las barcazas, con travellings, coreografías brillantes, explosiones, muertos, o la Apoteósica toma aérea desde los dos cazas alemanes que acribillan a decenas de aliados en las playas de Juno y Gold, descomunal barrido flotando sobre cientos de cabezas de los aliados, fascinante, o la flema británica representada en el gaitero que acompaña a un grupo de soldados o en un mando que lleva a su mascota en la playa, un bulldog, o la tensa y valerosa subida de 30 m. de los Rangers USA al Point du Hoc defendido por la Wehrmacht, encarnizada batalla, o la epopéyica batalla por Ouistreham, comenzando con toma aérea Antológica, glorioso travelling de minuto y medio con puerto en el centro, movimientos de decenas de soldados en combate, con explosiones y disparos, la cámara danza al son de la acción, levitando por los techos con las defensas nazis, siendo protagonista de la secuencia, prodigioso, con un apocalíptico enfrentamiento por el casino de la villa donde se concentran los nazis,… (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
…o la penúltima escena en que el rol de Burton, un piloto herido se encuentra con un soldado americano y charlan, definiendo Burton la guerra <Está muerto (mirando a un soldado alemán). Estoy lisiado. Estás perdido. Crees que es siempre así? Me refiero a la guerra>, terminando con la frase del soldado <Me pregunto quién habrá ganado?>. Luego viene el final que es sensiblemente mejorable (spoiler).
La galería de actores importantes que salen es interminable, papeles que van desde unas pocas apariciones con algunas de solo una. John Wayne como un coronel paraca, bastante prepotente, Robert Mitchum, brigada en la playa de Omaha, no le va el rol, demasiado chistoso, impertérrito con su cigarro en la boca, no infunde dramatismo, casi se toma la invasión como un picnic con hormigas molestosas, Henry Fonda como un orgulloso oficial familia del presidente Theodore Roosevelt, poco peso en la cinta, sale Richard Burton en el mejor personaje, emitiendo gran melancolía existencial en medio del caos, Sean Connery en rol de alivio cómico sin más, Rod Steiger sale para explicarnos la grandeza de lo que va a suceder, Curt Jürgens como oficial nazi que con honda tristeza ve en la desidia de Hitler su derrota y dice <Vamos a perder la guerra porque al Führer no se le puede despertar. Hecho que asombrará a los historiadores y analistas militares del mañana>, Gert Frobe es un soldado nazi proveedor de leche, otro alivio cómico, otro actor desaprovechado, Mel Ferrer frío analista en la sala de mandos con los grandes mapas, además salen cuasi-cameos y de muy poco peso como Sal Mineo, Peter Lawford, Paul Anka, Roddy McDowall, Robert Ryan, George Segal o Robert Wagner.
El film no termina de ser la Obra Maestra que pretende, al tocar tantos personajes se pierde en profundidad, en hondura dramática, llegan a ser simples esbozos superficiales con poco para provocar emociones, la magnitud de la epopeya supera a las actuaciones, la suma de estrellas no es proporcional a su resultado emocional, resta autenticidad al querer por momentos las estrellas estar por encima de la historia. Tampoco el sentido del humor derivado del triunfalismo ayuda a la intensidad, con algunas situaciones un tanto rozando la caricatura, ejemplo el erróneo casting de Mitchum, tampoco me gusta el modo displicente con que se trata a los muertos o heridos, soldados pasan por encima de cadáveres como si nada, o cuando van a poner descargas en el muro mueren soldados y los de detrás los empujan como si nada, en la playa no vemos atender a heridos, los muertos son tratados como algo impersonal, casi peones sin alma, tampoco hay debates morales de los participantes, no vemos pánico, ni cobardía, todo resulta muy plano en este sentido, todos son valientes, no hay matices, no hay ambigüedad, no hay complejidad, otro elemento más que resta autenticidad, como también lo es que en una carnicería con miles de muertos apenas se vea sangre, no digamos ya mutilaciones, en este sentido vuelvo a lo de la frialdad con que se tratan a los caídos, en esto “Salvar Al Soldado Ryan” la vapulea.
En conjunto queda un notable film, de una espectacularidad grandiosa, con la tara de falta de alma en algunos aspectos. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Final demasiado triunfalista, en la playa vemos el despliegue inmenso de tropas USA atravesar el muro derribado, Mitchum hace su último chascarrillo con un puro, se monta en un jeep y cruza el muro con música de marcha militar, me falta algún homenaje a los caídos en batalla, como si no hubiera habido fallecidos, se esconden al espectador, llega a parecer este detalle un panfleto propagandístico patriotero. El guión original acababa con un soldado llorando en la playa entre la sangría humana, esto si habría sido valiente y de un tufillo facilón, de hecho Zanuck dijo arrepentirse de no haberlo terminado así, a buenas horas…
Crítica Sesgada por el límite de caracteres, para ver íntegra ir a http://tomregan.blogspot.com/2014/06/el-dia-mas-largo.html
La galería de actores importantes que salen es interminable, papeles que van desde unas pocas apariciones con algunas de solo una. John Wayne como un coronel paraca, bastante prepotente, Robert Mitchum, brigada en la playa de Omaha, no le va el rol, demasiado chistoso, impertérrito con su cigarro en la boca, no infunde dramatismo, casi se toma la invasión como un picnic con hormigas molestosas, Henry Fonda como un orgulloso oficial familia del presidente Theodore Roosevelt, poco peso en la cinta, sale Richard Burton en el mejor personaje, emitiendo gran melancolía existencial en medio del caos, Sean Connery en rol de alivio cómico sin más, Rod Steiger sale para explicarnos la grandeza de lo que va a suceder, Curt Jürgens como oficial nazi que con honda tristeza ve en la desidia de Hitler su derrota y dice <Vamos a perder la guerra porque al Führer no se le puede despertar. Hecho que asombrará a los historiadores y analistas militares del mañana>, Gert Frobe es un soldado nazi proveedor de leche, otro alivio cómico, otro actor desaprovechado, Mel Ferrer frío analista en la sala de mandos con los grandes mapas, además salen cuasi-cameos y de muy poco peso como Sal Mineo, Peter Lawford, Paul Anka, Roddy McDowall, Robert Ryan, George Segal o Robert Wagner.
El film no termina de ser la Obra Maestra que pretende, al tocar tantos personajes se pierde en profundidad, en hondura dramática, llegan a ser simples esbozos superficiales con poco para provocar emociones, la magnitud de la epopeya supera a las actuaciones, la suma de estrellas no es proporcional a su resultado emocional, resta autenticidad al querer por momentos las estrellas estar por encima de la historia. Tampoco el sentido del humor derivado del triunfalismo ayuda a la intensidad, con algunas situaciones un tanto rozando la caricatura, ejemplo el erróneo casting de Mitchum, tampoco me gusta el modo displicente con que se trata a los muertos o heridos, soldados pasan por encima de cadáveres como si nada, o cuando van a poner descargas en el muro mueren soldados y los de detrás los empujan como si nada, en la playa no vemos atender a heridos, los muertos son tratados como algo impersonal, casi peones sin alma, tampoco hay debates morales de los participantes, no vemos pánico, ni cobardía, todo resulta muy plano en este sentido, todos son valientes, no hay matices, no hay ambigüedad, no hay complejidad, otro elemento más que resta autenticidad, como también lo es que en una carnicería con miles de muertos apenas se vea sangre, no digamos ya mutilaciones, en este sentido vuelvo a lo de la frialdad con que se tratan a los caídos, en esto “Salvar Al Soldado Ryan” la vapulea.
En conjunto queda un notable film, de una espectacularidad grandiosa, con la tara de falta de alma en algunos aspectos. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Final demasiado triunfalista, en la playa vemos el despliegue inmenso de tropas USA atravesar el muro derribado, Mitchum hace su último chascarrillo con un puro, se monta en un jeep y cruza el muro con música de marcha militar, me falta algún homenaje a los caídos en batalla, como si no hubiera habido fallecidos, se esconden al espectador, llega a parecer este detalle un panfleto propagandístico patriotero. El guión original acababa con un soldado llorando en la playa entre la sangría humana, esto si habría sido valiente y de un tufillo facilón, de hecho Zanuck dijo arrepentirse de no haberlo terminado así, a buenas horas…
Crítica Sesgada por el límite de caracteres, para ver íntegra ir a http://tomregan.blogspot.com/2014/06/el-dia-mas-largo.html