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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Cine negro. Intriga Un hombre aparece muerto en su apartamento, después de haber recibido una paliza mortal. Una amiga suya le confiesa al policía encargado del caso, que, poco antes de su muerte, había visto a la víctima en compañía de tres soldados, bebiendo en un bar. Precisamente la documentación de uno de ellos había aparecido junto al cadáver. El caso se presenta sumamente denso y turbio. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
349/19(19/10/20) Loable thriller con claros efluvios a cine negro, dirigido con pulso firme por Edward Dmytryk, teniendo su gran jugo en el ataque contra la intolerancia, contra los prejuicios sociales, contra el fanatismo de los que temen lo que desconocen, aquí personificado en el antisemitismo, aunque el libro en el que se basa el tema es la homosexualidad, pero el nefasto Código Hays creía este tema intocable moralmente. Emparentándola en su temática racista con la película ganadora al Oscar de este año, “Gentleman's Agreement” de Elia Kazan. El guion escrito por John Paxton (“Historia de un detective”), basado en la novela de 1945 “The Brick Foxhole” del guionista y director Richard Brooks, recibiendo cinco nominaciones al Oscar, incluyendo a Robert Ryan como Mejor Actor de Reparto y Gloria Grahame como Mejor Actriz de Reparto, siendo la primera película B en recibir una nominación a mejor película.

Película desarrollada con gran ritmo y potente visualidad expresionista gracias al DP J. Roy Hunt (“Los últimos días de Pompeya” u “Hombres olvidados”, ya marcada esto desde el inicio en la forma que se filma el asesinato en sombras, o la secuencia en el cine, con luces en rostros, contraluces, contrapicados, fijación dramática en relojes, creando ambientes turbios malsanos. Dónde los hechos ocurren en apenas dos días, siendo la noche el dramático marco, cuentan su versión de lo acaecido, en lo que es un puzle ingenioso, teniendo un arranque donde los testigos provocando momentos de gran intensidad, jugando durante la primera parte del film al misterio de quien será el asesino, regando de pistas el metraje, siendo el gran enigma el motivo, y cuando todo se destapa, el objetivo es intentar que el propio criminal se destape. Mezclando en su devenir cine detectivesco, cine noir, y sobre todo de denuncia contra el supremacismo racial, tema muy en boga en aquellos años pues acababan de descubrirse los campos de exterminio nazi en Europa.

Pero para Dmyrtyk esta defensa del diferente (junto a la temática de su otro film estrenado este mismo año 1947, “So well remembered”), su oda a la tolerancia, terminó siendo vista por el fanático HUAC (Comité de Actividades Antiaméricanas) y su Caza de Brujas como un ensalzamiento del comunismo, lo que llevó al director y productor a ser despedidos de la RKO, y pasando a la hedionda Lista Negra de Hollywood.

Brooks escribió su novela mientras era sargento en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos haciendo películas de entrenamiento en Quantico, Virginia y Camp Pendleton, California. En la novela, la víctima era homosexual, el Hollywood Hays Code prohibió cualquier mención a la homosexualidad porque se veía como una perversión sexual. Por lo tanto, el tema de la homofobia del libro se cambió por uno sobre racismo y antisemitismo, esto quiere difuminarlo el guión apostillando, “El odio siempre es igual, nunca tiene sentido”, siendo epítome de esto el soliloquio que el policía suelta en el rush final (lo pongo en zona spoiler). El libro se publicó mientras Brooks estaba sirviendo en el Cuerpo de Marines. Un compañero de la Marina llamado Robert Ryan conoció a Brooks y le dijo que estaba decidido a interpretar una versión del libro en la pantalla. Teniendo entre sus grandes bazas unas actuaciones notables, desde ese imponente Robert Ryan, esa deslumbrante femme fatale Gloria Grahame, Robert Young componiendo a un detective sereno y flemático que sabe dejar que sean los demás los que se delaten, y Robert Mitchum con su habitual carisma, aunque es el más desaprovechado, en un papel de apoyo sin peso en la trama.

Que se varíe el tema de la homofobia al antisemitismo hace que el argumento cojee, pues el comportamiento del asesinado tiene sentido si es un gay intentando buscar pareja esa noche, tiene sentido si el principal sospechoso Mitchell (correcto George Cooper), lucha contra su verdadera identidad sexual de reprimido homosexual, todo resulta creíble. Pero del modo es que nos es narrado con que es un judío locuaz que empatiza con unos soldados en un bar y se los lleva su apartamento a tomar unas copas, resulta chirriante nada verosímil. Como que Mitchell huya de su esposa por estar confundido y frustrado por no ser hetero es entendible, pero las dudas a estar con su mujer huyendo de ella me resultan una laguna narrativa honda en lo orgánico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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