Media votos
6,5
Votos
5.758
Críticas
5.259
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
6
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/6.png)
7,2
5.575
Aventuras
Un grupo de cazadores heredado por Brandy de la Court (Michele Girardon) y comandado por Sean Mercer (John Wayne), está cumpliendo en Tanganyka (Tanzania), con los fuertes encargos que les han solicitado de animales de muy variadas especies, cuando al grupo llega Ana María D'Allesandro (Elsa Martinelli) que será llamada Dallas y hará de fotógrafa, y el tirador francés Charles Maurey (Gerard Blain) al que llamarán Chips. Entre todos ... [+]
7 de diciembre de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
157/22(24/07/17) Sobrevalorado film de Howard Hawks, mezcla de modo superficial acción, humor raso, añade romanticismo metido con calzador. Quizás por el problema que hubo al estar proyectado para protagonizarlo John Wayne y Clark Gable (los dos “pelearían” por el amor de una mujer), y la muerte del segundo trastocó el libreto, sin sustituir el rol del eterno Rhett Butler, hacen variaciones en el relato, esto pudo dejar huérfana la historia de jugo, resulta todo tan bonito visualmente como desprovisto de poso en el espectador, relatado en tono trivial, queda en algo naif cuasi-kitsch, situaciones se suceden porque lo marca el (plúmbeo) guión, orgánicamente penoso, conflictos se resuelven de modo plano, no hay intensidad alguna, las escenas de acción de caza de animales salvajes son agiles y trepidantes, pero cercenado de sensación de peligro, esto aderezado por historias cruzadas románticas heterosexuales que chirrían más que el Titanic partiéndose en dos, de hecho única con algo de química es la que subyace sutilmente entre el alemán y el francés, relación gay entre líneas, como bien me acompaña en la opinión el FA Edugrn. Queda típico relato hawksiano donde se hace una loa al sentido del deber profesional, a la amistad, a la solidaridad, a la camaradería masculina, en los universos Howard Hawks las mujeres son algo accesorio, tratando su cinta con el espíritu del western, aquí los cazadores son estajanovistas profesionales recluidos en su “fuerte”, cual sheriff en “Río Bravo” en su pueblo (incluso el gabacho “Chips” es claro emulo del Colorado de dicho film), donde el ganado (por ejemplo de “Rio Rojo”) son animales salvajes africanos. El título “Hatari!”, en Swahili traducido es "Peligro!", filmado en Technicolor en el norte de Tanganika (en lo que ahora es Tanzania ), escrita por Leigh Brackett (“El sueño eterno”), a partir de un relato de Harry Kurnitz (“Testigo de cargo”), estructurada a modo de viñetas entrecruzadas, por un lado las relaciones (buen rollistas, sin choque alguno) de los personajes en el campamento y por otro lado las bulliciosas cacerías, en jeeps y camiones a través de la sabana africana, intentando cercar a los “bichos”.
Hoy en día sería imposible rodar “Hatari!”, las organizaciones pro-animales se lo comerían, y según mi punto de vista, con razón, con claro maltrato de animales con el único delito de ser demandados por su exotismo por los zoos occidentales, animales que son golpeados con todoterrenos, amarrados, privados de su libertad, ejemplo de la crueldad es el modo de atrapar los monos del árbol, quizás en su día resultó muy simpática la secuencia, hoy, para aquel que tenga corazón le tiene que resultar repugnante como los cogen como pollos muertos, nauseabundo. Estos animales serán arrinconados lejos de la libertad que merecen, siendo meros esclavos para las miradas de gente que no piensa en que allí morirán entre la pena y la soledad de su entorno, presos de cárceles para la exhibición para espectadores que quizás disfruten con verlos encerrados, pero que no pueden realmente empatizar con ellos, si lo hicieran no fomentarían con su dinero estos campos de concentración. Como bien he leído, este film se podría justificar si fuera como denuncia de este maltrato animal, pero ni mucho menos es así, el metraje es una exaltación de la “valentía” y el espíritu de aventura indomable de estos cazadores (sin escrúpulos), por mucho que lo quieran compensar con el cuidado a los tres elefantes bebes, no cuela. Como tampoco se aprovecha para hacer reflexión alguna sobre el hombre en comunión con la naturaleza, nada de esto hay en su ya extenso metraje.
Pasas algunos momentos simpáticos y divertidos (muchos tienen que ver con lo referente a los elefantes bebes), dejándote una mueca de sonrisa en el rostro, desprende un impostado idealismo en la amistad, donde no hay problemas, ello hace brotar una cándida ternura en el metraje. Se puede ver como una alabanza al entendimiento entre diferentes nacionalidades (norteamericanos, franceses, alemanes, mexicanos, o los africanos), aunque esto también queda arrugado por la visión paternalista hacia los nativos negros, condescendiente el modo en que son vistos, meras figuras graciosas sin peso alguno, solo allí para servir al hombre blanco, con momentos harto estridentes en su rezumada condescendencia racista cuando Dallas es pintada de negro y vestida como una tribu del lugar solo para nos riamos de sus costumbres y color de piel, enfoque anclado en el.
Aderezado por secuencias espectaculares de cacerías (jirafas, rinocerontes, cebras, toros, ñúes,…) muy bien filmadas, mostrando la belleza de la sábana africana, filmadas con montaje brillante, deja tiempo para calen en el espectador, con claro sino documental, se exponen los peligros de este trabajo (en claro paralelismo a los aviadores de “Solo los ángeles tienen alas” [1939] de también Hawks), con enrome despliegue de medios para recoger imágenes de persecuciones de animales se contó con 3 avionetas y 50 vehículos distintos (jeeps, camiones, rancheras…) provistos de amortiguadores especiales para ayudar a la estabilidad de las cámaras.
Retrato de personajes arquetípicos, empezando por un John Wayne haciendo de John Wayne, el líder de la manada, tipo duro, noble, orgulloso, encierra gran corazón, y de modo lastimero le ponen a una jovencita (se llevaban 27 años), la transalpina Elsa Martinelli, cae rendida a sus pies nada más verlo, y por supuesto es ella la pícara (como en “Rio Bravo” con Angie Dickinson), totalmente carente este amorío de fuerza alguna; Como estridente resulta el cuadrangular amoroso de los tres hombres Pockets-Kurt-“Chips” aspirando a Brandy, desarrollado de un modo burdo e infantiloide, acaban de forma tan chusca como anclimática; Ah, pero queda la mencionada del romance homosexual Kurt-“Chips”, valiente Hawks al hacerla latir, y al final hacerla patente con lo que Kurt le dice a Sean, de que se van los dos juntos a París (la ciudad del amor).
Hoy en día sería imposible rodar “Hatari!”, las organizaciones pro-animales se lo comerían, y según mi punto de vista, con razón, con claro maltrato de animales con el único delito de ser demandados por su exotismo por los zoos occidentales, animales que son golpeados con todoterrenos, amarrados, privados de su libertad, ejemplo de la crueldad es el modo de atrapar los monos del árbol, quizás en su día resultó muy simpática la secuencia, hoy, para aquel que tenga corazón le tiene que resultar repugnante como los cogen como pollos muertos, nauseabundo. Estos animales serán arrinconados lejos de la libertad que merecen, siendo meros esclavos para las miradas de gente que no piensa en que allí morirán entre la pena y la soledad de su entorno, presos de cárceles para la exhibición para espectadores que quizás disfruten con verlos encerrados, pero que no pueden realmente empatizar con ellos, si lo hicieran no fomentarían con su dinero estos campos de concentración. Como bien he leído, este film se podría justificar si fuera como denuncia de este maltrato animal, pero ni mucho menos es así, el metraje es una exaltación de la “valentía” y el espíritu de aventura indomable de estos cazadores (sin escrúpulos), por mucho que lo quieran compensar con el cuidado a los tres elefantes bebes, no cuela. Como tampoco se aprovecha para hacer reflexión alguna sobre el hombre en comunión con la naturaleza, nada de esto hay en su ya extenso metraje.
Pasas algunos momentos simpáticos y divertidos (muchos tienen que ver con lo referente a los elefantes bebes), dejándote una mueca de sonrisa en el rostro, desprende un impostado idealismo en la amistad, donde no hay problemas, ello hace brotar una cándida ternura en el metraje. Se puede ver como una alabanza al entendimiento entre diferentes nacionalidades (norteamericanos, franceses, alemanes, mexicanos, o los africanos), aunque esto también queda arrugado por la visión paternalista hacia los nativos negros, condescendiente el modo en que son vistos, meras figuras graciosas sin peso alguno, solo allí para servir al hombre blanco, con momentos harto estridentes en su rezumada condescendencia racista cuando Dallas es pintada de negro y vestida como una tribu del lugar solo para nos riamos de sus costumbres y color de piel, enfoque anclado en el.
Aderezado por secuencias espectaculares de cacerías (jirafas, rinocerontes, cebras, toros, ñúes,…) muy bien filmadas, mostrando la belleza de la sábana africana, filmadas con montaje brillante, deja tiempo para calen en el espectador, con claro sino documental, se exponen los peligros de este trabajo (en claro paralelismo a los aviadores de “Solo los ángeles tienen alas” [1939] de también Hawks), con enrome despliegue de medios para recoger imágenes de persecuciones de animales se contó con 3 avionetas y 50 vehículos distintos (jeeps, camiones, rancheras…) provistos de amortiguadores especiales para ayudar a la estabilidad de las cámaras.
Retrato de personajes arquetípicos, empezando por un John Wayne haciendo de John Wayne, el líder de la manada, tipo duro, noble, orgulloso, encierra gran corazón, y de modo lastimero le ponen a una jovencita (se llevaban 27 años), la transalpina Elsa Martinelli, cae rendida a sus pies nada más verlo, y por supuesto es ella la pícara (como en “Rio Bravo” con Angie Dickinson), totalmente carente este amorío de fuerza alguna; Como estridente resulta el cuadrangular amoroso de los tres hombres Pockets-Kurt-“Chips” aspirando a Brandy, desarrollado de un modo burdo e infantiloide, acaban de forma tan chusca como anclimática; Ah, pero queda la mencionada del romance homosexual Kurt-“Chips”, valiente Hawks al hacerla latir, y al final hacerla patente con lo que Kurt le dice a Sean, de que se van los dos juntos a París (la ciudad del amor).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Relato coral con claro protagonismo del carismático Wayne, pero se intenta dar margen a los secundarios; Bruce Cabot y su cornada de rinoceronte cuasi-letal. El actor queda muy difuminado, sin espacio para destacar mínimamente; Red Buttons es el recurso cómico constante, por su miedo a los animales salvajes, por su soterrado amor a Brandy, por ser confidente de Dallas, por su invento con cohete atrapa-monos, es el segundo que más peso tiene en la película tras el Duque. Esto Buttons lo aprovecha para hacer un desparrame de sobreactuación que sonrojaría a los actores mudos; Hardy Kruger y Gérard Blain primero con su duelo de puntería y después “luchando” como machos alfa por Brandy. Los dos actores cumplen sin más; Michele Girardon por ser el centro de la mencionada disputa germano-gala (aunque en realidad los machos alfa se atraen entre sí). La actriz francesa está simplemente correcta (siendo ultra-benévolo); Elsa Martinelli por su comportamiento extrovertido-amoroso con Wayne y por cuidar al trío de elefantitos. La actriz italiana derrocha encanto con efluvios a Audrey Hepburn, desborda simpatía y encanto, aunque dramáticamente queda débil; Valentín de Vargas se le puede poner que se pone muy elegante en cierto momento (escaso bagaje). El actor pasa por poco de figurante.
El título quiere decir traducido de idioma swahili al castellano “Peligro!”, pues bien, esto es algo que por el tono de la cinta no se siente en momento alguno, todo resultar ligero de ver, sin introspección alguna de personajes, más planos que una mesa, nada sabemos de sus sueños, de porque están allí, si les gusta lo que hacen, cuál es su pasado, que desean para el futuro, si tienen familia esperándoles, son meros clichés con patas. Con un tipo de humor muy avejentado, rozando lo cursi. Historia tan lisa y llana como una mesa, donde la cadencia rítmica no siempre es atinada, y es que dos horas y media para lo que se cuenta son desproporcionadas, un abuso del tiempo del espectador, que puede sentirse como yo, que al terminar te puede dejar poso agradable, pero este se disuelve en pocos minutos, pues entre poco y nada hay en la cinta que arraigue, más allá de sus gélidas escenas de acción, frías por la mencionada falta de intensidad en ellas.
La puesta en escena es su pilar más sólido, con una gran dirección artística de Hal Pereira (“La ventana indiscreta” o “Vértigo”), y Carl Anderson (“El dorado” o “El Gran Jack”), rodando íntegramente en la hoy Tanzania (en los Parques nacionales de Arusha, Serengeti, Tanganjika, el Monte Meru, el cráter Ngorongoro, Lake Manyara, o Rio Ruvu), estos bellos lares bajo la fotografía de Russell Harlan (“Rio Bravo”), proyectando hermosas panorámicas en technicolor de la sabana de Tanzania, de sus llanuras, con sus cielos con nubes, componiendo lindas postales, con un cromatismo fulgurante, y sobre todo acoplándose a la acción de modo excelente cuando la cámara debe seguir a los cazadores contra los animales, esto ayudando al trepidante ritmo en las cazas con la fluida edición de Stuart Gilmore ( “El Álamo”). Peros i por algo será eterna la cinta es solo por la memorable música de Henry Mancini (“Desayuno con diamantes”), con el Antológico tema que se escucha en el clímax final, un deleite de alegría y encanto como es el “Baby elephant walk”, todos lo hemos escuchado, es ultra-reconocible, aunque la mayoría no sepan de donde proviene, un alarde melodía vitalista, también destaca aunque opacado por el majestuoso tema referido anteriormente) el dueto de Stephen Foster " Old Folks at Home " (Río de Swanee) con Dallas tocando el piano, y Pockets tocando armónica.
En conjunto, sumado lo bueno y malo me da una interesante película, con mimbres para mucho más de lo que da. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/07/hatari-in-memoriam-elsa-martinelli.html
El título quiere decir traducido de idioma swahili al castellano “Peligro!”, pues bien, esto es algo que por el tono de la cinta no se siente en momento alguno, todo resultar ligero de ver, sin introspección alguna de personajes, más planos que una mesa, nada sabemos de sus sueños, de porque están allí, si les gusta lo que hacen, cuál es su pasado, que desean para el futuro, si tienen familia esperándoles, son meros clichés con patas. Con un tipo de humor muy avejentado, rozando lo cursi. Historia tan lisa y llana como una mesa, donde la cadencia rítmica no siempre es atinada, y es que dos horas y media para lo que se cuenta son desproporcionadas, un abuso del tiempo del espectador, que puede sentirse como yo, que al terminar te puede dejar poso agradable, pero este se disuelve en pocos minutos, pues entre poco y nada hay en la cinta que arraigue, más allá de sus gélidas escenas de acción, frías por la mencionada falta de intensidad en ellas.
La puesta en escena es su pilar más sólido, con una gran dirección artística de Hal Pereira (“La ventana indiscreta” o “Vértigo”), y Carl Anderson (“El dorado” o “El Gran Jack”), rodando íntegramente en la hoy Tanzania (en los Parques nacionales de Arusha, Serengeti, Tanganjika, el Monte Meru, el cráter Ngorongoro, Lake Manyara, o Rio Ruvu), estos bellos lares bajo la fotografía de Russell Harlan (“Rio Bravo”), proyectando hermosas panorámicas en technicolor de la sabana de Tanzania, de sus llanuras, con sus cielos con nubes, componiendo lindas postales, con un cromatismo fulgurante, y sobre todo acoplándose a la acción de modo excelente cuando la cámara debe seguir a los cazadores contra los animales, esto ayudando al trepidante ritmo en las cazas con la fluida edición de Stuart Gilmore ( “El Álamo”). Peros i por algo será eterna la cinta es solo por la memorable música de Henry Mancini (“Desayuno con diamantes”), con el Antológico tema que se escucha en el clímax final, un deleite de alegría y encanto como es el “Baby elephant walk”, todos lo hemos escuchado, es ultra-reconocible, aunque la mayoría no sepan de donde proviene, un alarde melodía vitalista, también destaca aunque opacado por el majestuoso tema referido anteriormente) el dueto de Stephen Foster " Old Folks at Home " (Río de Swanee) con Dallas tocando el piano, y Pockets tocando armónica.
En conjunto, sumado lo bueno y malo me da una interesante película, con mimbres para mucho más de lo que da. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/07/hatari-in-memoriam-elsa-martinelli.html