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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Cine negro. Thriller España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse no sólo a un cruel asesino, sino también a sus propios fantasmas. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
14(17/01/15) Buen thriller de Alberto Rodríguez, aúna guión inteligente, atractiva historia, sugestivo marco como el de la transición española, una en pañales aún democracia hispana, donde conviven las reliquias del pasado franquista con las dificultades de la nueva e ilusionante libertad, esto choca con la realidad de la sociedad, para ello el director nos sitúa en un lugar donde las costumbres están ancladas, donde la miseria convive con los caciques, con los narcotraficantes, con los abusos del poder, se describen las ganas de la juventud por escapar a su triste destino, ello con el timón de dos protagonistas que reflejan las dos realidades de nuestro país, el pasado que se resiste a dejarnos y el presente acomplejado. Todo esto encuadrado en una puesta en escena prodigiosa con un uso de las imágenes fascinante. El realizador sevillano escribe el guión junto a su inseparable Rafael Cobos “(“After”, “7 Vírgenes” o “Grupo 7”), Alberto dijo inspirarse en una exposición de fotografías de Atin Aya, de instantáneas en blanco y negro de las marismas del río Guadalquivir.

Alberto Rodríguez aborda un film con puntos en común con su anterior realización “Grupo 7”, un film policiaco con en el escenario enmarcado en el pasado, 20 años atrás y filmado con estilo realista, y como en aquella la trama policial es el hilo conductor para realizar un retrato de una época y un tiempo convulso, no se sabía muy bien donde acababa el franquismo y comenzaba la libertad, una denuncia social llevada a un lugar deprimente, un pueblo rural parado en el tiempo, dominado por terratenientes de sombrero blanco, con jornaleros temporeros con huelgas en demanda de mayor sueldo, donde imperaba el machismo, de usureros, de penurias, de narcotraficantes, el director nos baña en las marismas del pesimismo reinante, para sacar lo más sórdido de la naturaleza humana, con personajes ambiguos, complejos, de moral distraída. El ritmo que imprime el director resulta fluido, sin tiempos muertos, con un manejo de la tensión formidable, con un increscendo dramático solido, hacia un clímax final absorbente, con un epílogo abierto a reflexiones, vivo, engancha al espectador desde sus hipnóticos créditos iniciarles, con unos planos cenitales de las marismas que dejan sobrecogido por su poder de belleza turbadora a modo de laberintos de los que parece imposible salir, para a continuación relatarnos una historia de buddy-movies en que cada uno de los polis refleja un estilo diferente, y entre los dos se compenetraran, para dar con las respuestas al intrincado puzle de de pistas falsas y verdaderas, aunque de vez en cuando saldrán rencillas entre ellos. La historia profundiza de modo geosocial en un ambiente malsano de sueños rotos, ilusiones, desamparo, mentiras, humillaciones, violaciones, muertes en acequias, ello con un naturalismo asfixiante atroz. También es reseñable el elemento de crítica a la prensa sensacionalista que en aquellos tiempos estaba copada por el popular periódico “El caso”, hoy en día son las amarillistas cadenas de televisión que destripan con saña cualquier sórdido crimen convirtiéndolo en un circo.

El film se apoya en el componente geosocial, del como marca el entorno al comportamientos de las personas, haciendo de este un protagonista más, para ello es vital una buena ambientación y el film lo consigue con brillantez, arrancando con unas tomas aéreas fascinantes del Coto de Doñana y orillas del Guadalquivir, unas postales hermosas del poder omnímodo de la naturaleza, que hacen empequeñecer al hombre a modo de ser movido por la Naturaleza, rodadas con drones, remarcando el paisaje y como talla a los personajes, de serpenteantes caminos llenos de polvo, dando sensación de lugar inhóspito, con humedales y cañizos laberinticos, con la bella fauna de los flamencos, con una recreación de la época estupenda, el desvencijado pueblucho, los coches (qué tiempos aquellos del dos caballos y el similar Dyane 6), la feria con sus casetas, el vestuario, los cortijos, la decoración, todo con un gran sentido de enraizar la narración en el contexto político-social del momento, y esto gracias a la conjunción prodigiosa entre la extraordinaria fotografía de Álex Catalán (“Grupo 7” o “Habitación en Roma”) y la gran dirección artística de Pepe Domínguez del Olmo (“Grupo 7” o “3 Días”), todo en pos de transmitir un clima opresivo, decadente, lacerante. Y la acción punteada por la serena y plácida música de Julio de la Rosa (“Grupo 7” o “After”).

Javier Gutiérrez es el boom del film con una actuación soberbia, para él habrá un antes y después de este film, carisma, matices, aristas, férreo comportamiento, íntegro, salvaje, emitiendo la angustia interior de alguien que ha vivido mucho, los fantasmas se le notan alrededor, con momentos vibrantes, expeditivos, con arranques de furia que rebosan veracidad, como la paliza que le da al padre de las niñas asesinadas, o el modo virulento en que desarma y abofetea al guaperas (Quini) del pueblo, o lo bien que se mueve en las escenas de acción, llegando a humanizar a su personaje. Raúl Arévalo palidece ante el huracán ante su pareja, aún así deja constancia del otro lado de la moneda, la más blandita y de garantías, aunque al final se dé cuenta que los viejos métodos son más rápidos (aunque inmorales). Antonio de la Torre en un rol muy secundario deja patente que la calidad al actuar no debe estar reñida con el tiempo en pantalla. Manolo Solo encarna con brío y frescura al periodista del caso. Salva Reina deja buen sabor de boca con su dicharachero rol de guía de los polis. Jesús castro tiene un papel a su medida, mucho mejor que en “El niño”, tipo frío y arrogante, muy bien para su pinta de despreocupado niño-bien. Gran error de casting ha sido la elecciónd e Nerea Barros como madre de las niñas asesinadas, una mujer bella, joven, a la que no se le ven arrugas, no te la crees, chirría entre tanto realismo, una mancha entre tanto acierto. (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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