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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama Argelia 1935, Mersault, un modesto empleado que vive y trabaja en Argel, recibe la noticia de la muerte de su madre. Sin estar particularmente angustiado, va a velar el cuerpo y acompañarla al cementerio. A su regreso, después del funeral, encuentra a Marie, una mecanógrafa amiga suya, y comienza una relación con ella. Un vecino suyo, Raymond, un pícaro, le ofrece su amistad y le pide ayuda para vengarse de una chica árabe. Meursault, ... [+]
24 de enero de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
200/05(17/12/13) Luchino Visconti en esta co-producción franco-italiana traspasa a imágenes la existencialista novela homónima del galo premio Nobel Albert Camus y lo hace de modo irregular, como he escuchado en algún lado, Luchino ha hecho una película que le correspondía a su compatriota Michelangelo Antonioni. Es un film que emana profundidad pero al que le falta haber pulido algunos defectos que lo alejan de la excelencia Visconti.

El escenario es Argel a mediados de SXX, durante la colonización francesa, el protagonista es Arthur Meursault (gran Marcello Mastroiani), es un oficinista en el puerto que vive de modo rutinario, reside en un pis, es un tipo que parece afectarle nada, todo lo vive de una forma nihilista, se muere la madre, pues al duelo con indiferencia, tiene una pareja que lo ama, Marie Cardiona (…), pero él se comporta con ella fríamente, le ofrecen un ascenso en el trabajo y él prefiere seguir igual, no tiene aspiraciones ni espera algo del futuro.

Cuatro guionistas meten mano para adaptar el libro de 1942 de Camus, el propio realizador Luchino Visconti, un colaborador habitual compatriota del director, Suso Cecchi D'Amico (‘El Ladrón de Bicicletas’, ‘Rocco Y Sus hermanos’ o ‘El Gatopardo’), y los gabachos Georges Conchon y Emmanuel Robles, tantas manos en una historia se traduce en un relato por momentos deslavazado y que queda débil en la ansiada transmisión del nihilismo del protagonista, no generando solidez en esta compleja narración, error es asimismo no hacerla lineal y discurrir a trompicones de flash-backs y flash-forwards.

Se hace una reflexión sobre la apatía, el laconismo, el nihilismo, el medio es un protagonista extraño entre la gente, un ser que ni siente ni padece, es una pluma sin aspiraciones que mece el aire. La cinta en su primera mitad se mueve por unos parámetros un tanto dispersos, retrata a un personaje que refleja indiferencia ante todo, ansía nada, ejemplo la estupenda escena en que le ofrecen un ascenso, la relación fría con su amante, o el modo gélido en que se comporta en el funeral de su madre. Visconti desea exponer a un ser despojado de todo convencionalismo, no engaña, se muestra nítido, sin ataduras morales, nada le afecta. Y en la segunda mitad llega un juicio bastante caricaturesco, se quiere juzgar a Meursault por un asesinato y sin embargo el fiscal utiliza recursos un tanto risibles sobre la personalidad del acusado, me queda forzada la idea de que la sociedad no soporta la sinceridad de sentimientos, que prefiere la teatralidad del sufrimiento, me es metido con calzador, y es que el caso es simple, ha disparado y matado a un argelino, y no se escuchan en el juicio pruebas ni a favor, ni en contra de esto, es como si el muerto no existiera, algo kafkiano. Visconti denota debilidad en este aspecto, me chirría el modo en que el acusador lleva el juicio, pecando de puerilismo. Pretende emitir el existencialismo con mecanismos malavenidos, la voz en off del protagonista simboliza lo enclenque y poca fe que Visconti tenía en la fuerza de las imágenes, resultando reiterativa además este uso demasiado denso repercutiendo en lentitud de ritmo.

Y no es que sea mala es que lleva el sello Visconti, de hecho detenta algunas escenas estupendas, como las que tienen como protagonista al anciano del perro, se queja de lo viejo que es, pero no puede estar sin él, o el interrogatorio del agente judicial que lo exhorta a que debe creer en Dios y por no hacer lo llama Anticristo, o la trémula visita que le hace en prisión Marie Cardona (buena Anna Karina) y por supuesto el final en la celda con el encuentro con el capellán donde todo cobra sentido, solo por esta escena merece ser vista la película, el Camus comunista explota a su alter ego ateo (spoiler).

La puesta en escena es excelente, gracias a un sobresaliente diseño de producción de Mario Garbuglia (‘El Gatopardo’, ‘Waterloo’ o ‘El Inocente’), recreación sugestiva de un escenario argelino sofocante y húmedo, con profusión de ventiladores, ropa sudada y abanicos, potenciado por la magistral fotografía de Giusseppe Rotunno (‘La Gran Guerra’, ‘El Gatopardo’ o ‘Amarcord’), resaltando los colores cálidos, amarillos, blancos o azules, teniendo gran protagonismo en la escena del asesinato y en la secuencia final de la celda (spoiler), a esto se añade una buena música de Piero Piccioni (‘El Desprecio’, ‘Tres Hermanos’ o ‘Cristo Se Paró En Eboli’), sutil exaltadora de emociones.

Marcelo Mastroiani demuestra carisma, melancolía, taciturnidad, hieratismo, denota ser el insensible y negado de alma que requiere el personaje, aunque el desarrollo del film no le ayuda. Anna Karina realiza una dulce interpretación dotando de cariño y amor a su rol.

En conjunto me queda una cinta recomendable por sus aciertos, que los hay, pero lastrada por taras que caen en el simplismo. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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