381/22(21/11/20) Javier Fesser vuelve a la senda que nunca debió abandonar, la de esa entrañable mezcla de cine cañí y humor bizarro singular, ello con este solaz mosaico de pequeñas historias pobladas de perdedores arrogantes enmarcados en algo cercano al absurdo. Y es que por mucho éxito que tuviera su anterior film “Campeones”, para mí fue una decepción campeona. Aquí, sin ser perfecta, pues en un típico film estilo ‘omnibus’ (“L’Amore”, “Historias de Nueva York”, “Amores perros”, “Relatos salvajes”, “La balada de Buster Scruggs”, etc) siempre hay irregularidades, teniendo algunas dosis almibaradas que restan, pero en el conjunto me resulta muy ameno y refrescante, cual volver al universo de P. Tinto. Fesser con la producción de la Universal y con estreno en exclusiva en la plataforma en streaming Amazon Prime Video nos regala un collage de cortos ingeniosamente unidos nos ofrece un tropel de situaciones que se mueven entre lo homérico, lo estrafalario y lo castizo, ello con un atractivo guión creado por el director junto a Claro Lago (con quien ya había trabajado en el film de animación ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’), para unos relatos que con la fachada del humor alocado negro más rocambolesco y gamberro esconden a unos personajes patéticos, llenos de taras y debilidades, que desbordan humanidad en sus falencias, moviéndose entre la picaresca y el espíritu de supervivencia darwinista, con historias lamentables tituladas “Rayito”, “El hombre de la playa”, “El cumpleaños de Ayoub” y “La excusa”, ello con una vivaz miscelánea de intérpretes fetiche (Janfri Topera, Sergio Olmo, Gloria Ramos, Alberto Nieto o Itziar Castro) del realizador madrileño, con otros rostros desconocidos que demuestran energía en su visceralidad, creando roles que junto al peculiar modo de retratarlos (ejemplo, esos abrasantes primeros planos) se acercan a ser toons en este universo cuasi-cartoon. Teniendo una agilidad brillante en la presentación de personajes en apenas unos segundos, teniendo unos efectos especiales (coordinados por David Campos: “El Reino de los Cielos” o “El consejero”) formidables al servicio de la historia, con una filmación genuina con excelsos planos-secuencia (gracias a la fulgente cinematografía), grandes angulares, cortes bruscos (gracias a la gran edición de Mapa Pastor: “La comunidad” o “Celda 211”), ello adornado por una rítmica música de percusión (de Rafael Arnau y Laura Molina Sepúlveda), que enlaza momentos de modo agudo, proyectando una hilaridad punzante.

“Rayito”: Es el relato más corto, sirve cuasi- de prólogo. Estamos en una fiesta homenaje al patriarca de una gran compañía del transporte. El maestro de ceremonias es Ramón (espléndido Pol López), hijo del ínclito, que desea hacerle un regalo especial que lo haga feliz melancólicamente (Rayito), pero los planes en este caleidoscopio de historias nunca salen conforme a lo ideado, el resultado final es explosivo; Notable en el modo en que vemos como se atrofia la melancolía en las nuevas generaciones que no entienden el amor a lo que tuvimos.

“El hombre de la playa”: Maravillosa presentación del protagonista encarnado por un brillante Chani Martín, cuasi-emulando con su actitud y bigotito a nuestro legendario José Luis López Vázquez. Tipo que vemos en el lobby de su edifico de apartamentos presto a salir al amanecer ataviado de playero para ver salir el sol en la playa que tiene frente al bloque, pero ante discute con el portero por minucias reglamentarias (una foto de un perrito, música de un radio-casete), definiendo en poco tiempo al protagonista, pero cuando cruza la calle aparece un antiguo conocido en coche y lo embarca en una odisea descacharrante; Retrato cuasi-freudiano donde descubrimos que tras este rígido amante de las normas hay una persona marcada por el pasado de su infancia donde era víctima de bulying en el colegio, además de estar enamorado de una joven oronda. Todo esto en narrado en un estilo road-movie trepidante, donde no paran de haber giros y más giros, hasta desembocar en un final fascinante en su mensaje e que el ¿paraíso’ puede estar donde menos lo esperas.

“El cumpleaños de Ayoub”: Otra excelente presentación de protagonista, Tina, encarnada por una extraordinaria Laura Gómez de la Cueva, una irritante e insoportable trilera-sobreviviente, que no duda en engañar y robar todo lo posible en su egoísmo. La vemos vivir en una casa desvencijada, le cortan la luz y el agua y sale afuera a apedrear los operarios que huyen, y entonces aparece un hombre negro, Ayoub (buen Matias Janick), en un destartalado coche que se ofrece a arreglarle su ‘aselvajado’ jardín, arrancando otra aventura arrolladora; Otro fenomenal retrato de personalidad, en este caso de una mujer amargada, misántropa, egoísta, mezquina, mentirosa compulsiva, tramposa, que en realidad esconde a un ser herido por el pasado, por los desamores, por la familia, por abusos. Este dolor lo proyecta sobre el mudo en el que ya no cree, abusando ella del más débil, en este caso del inmigrante Ayoub, al que mangonea y se aprovecha de su buenismo de modo carroñero, y teniendo la habilidad Fesser de hacerlo con mucho humor negro. Me falla el clímax pasteloso que destila un azucarado mensaje moralista que no me cuadra con el resto del metraje.