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Voto de TOM REGAN:
6
6,4
1.595
Western
Un grupo de cheyennes ataca un convoy militar que transporta la paga de los soldados; sólo quedan dos supervivientes: Cresta Lee, la prometida de un oficial, y el soldado Johnny. Ambos vivirán una auténtica odisea intentando llegar a Fuerte Reunión. (FILMAFFINITY)
11 de agosto de 2021
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
293/03(08/08/21) Muy desequilibrado film revisionista anti desmitificador del género western, en la corriente del tiempo cuando ese mismo año de 1970 se estrenaron films como “Un hombre llamado caballo” y “Pequeño gran hombre”, que fueron parteaguas con la visión de los indígenas norteamericanos, reflejados en el cine en general hasta entonces comió especie de zombis malos y punto, sin alma, ni personalidad. Pero con estos films se hizo ver que ni los blancos eran tan buenos, ni los nativos malos vampíricos, y eso es muy de alabar.
Este comienza colocando a los nativos indios como unos salvajes asesinos, luego entramos en su núcleo central que se desenvuelve como una comedia romántica previsible con la travesía (con sus consiguientes obstáculos de hambre, sed, indios, inundaciones o traficantes de armas) de supervivencia por el desierto de un soldado (el azul por el color del atuendo militar yanqui) y una mujer que estuvo viviendo tiempo atrás con los nativos, para en su tramo final virar de modo gore hacia la representación de una matanza real de Sand Creek, uno de los incidentes más infames en la historia de USA, en el que la milicia del Territorio de Colorado bajo el mando del siniestro coronel John M. Chivington masacró un pueblo indefenso de Cheyenne y Arapaho en las llanuras de Colorado. Ello representado en lo que parece un claro antecedente de “Holocausto Caníbal” cruzado con “La Matanza de Texas”, donde la barbarie más escalofriante se desarrolla ante nuestros ojos intentando impactar al espectador y a fe que lo consigue. Lo malo es que parece esto otra película distinta a la que habíamos visto, como si al final de “La casa de la pradera” nos meten el desembarco de Normandía de Spielberg, me ha quedado esto como un parche mal colocado. Película dirigida por Ralph Nelson, con guión de John Gay (“Torpedo” o “Mesas separadas”) que adapta la novela “Arrow in the Sun” de Theodore V. Olsen (“La noche de los gigantes”), inspirado en los eventos de la masacre de Sand Creek en 1864 en el Territorio de Colorado. Nelson y Gay quieren hacer una alegoría entre la masacre de Sand Creek y la entonces latente Guerra de Vietnam, y más concretamente reflejando los paralelismos con la masacre de My Lai en 1968, donde tropas americanas dirigidas por un oficial (Alférez) sanguinario exterminó a un pueblo vietnamita.
Esta es una cinta donde su mensaje final está muy por encima de su calidad como historia, pues sí, te soliviantan esos animales con forma de soldados en medio de una carnicería, pero por el contrario durante el metraje nunca se nos han mostrado a los indígenas con carácter, son meras figuras en las que colgar la maldad blanca-racista, por el contrario los ‘héroes’ son dos personas blancas, esto me resulta grimante (también lo eran las mencionadas “Un hombre llamado caballo” y “Pequeño gran hombre”). Es una crítica ensalzable, pero a ese tremebundo rush final no se le ha sabido dar un preámbulo emocionante, por lo que cuando llega la matanza uno se siente desorientado, un salto muy brusco de lo visto hasta entonces, un tránsito comediesco con diálogos insulsos y situaciones rozando lo ridículo (como esa escena en que el soldado Honus intenta cortar a mordiscos la cuerda que ata las manos de Cresta y lo primero que hace es tapar el trasero con su escasa tela, y esto lo repite).
No ayuda a sumar (más bien lo contrario) una banda sonora estridente en lo anacrónico de Roy Budd con el añadido del tema de créditos finales de Buffy Sainte-Marie, que cada vez que suena (que es demasiado) siento que alguien le ha puesto la melodía el enemigo. La película se dispersa en diferentes tonos, para arrinconarte sin poder orgánico, traduciéndose en confusión, y llegado el tramo conclusivo te das cuenta que todo lo visto hasta entonces es morralla, trama telonera insulsa, que chica de modo estrafalario con esta aberración cometida (real).
Tampoco suman las dos actuaciones principales de Candice Bergen y Peter Strauss, no me creo a ese bellezón como experta en supervivencia, hablando de modo moderno y poco verosímil; y menos aún a Strauss de soldado, muy blandito. Aunque para contrarrestar este error de casting está estupendo Donald Pleasance en un rol que borda con esa dentadura postiza, un villano divertido y sombrío; y también cumple bien John Anderson como el Coronel Iverson (en realidad un alter ego del pérfido Coronel Chivington).
Momento recordable cuando Cresta (Candice Bergen) obligando a Honus (Peter Strauss) a pelear a muerte contra un indio kiowas, vence el soldado pero no es capaz de matarlo, por lo que lo hacen sus compañeros kiowas por la vergüenza de haber perdido, y entonces se marchan. Cresta está alborozada y se abraza a Honus, en lo que es un sentido del humor bastante oscuro.
Este comienza colocando a los nativos indios como unos salvajes asesinos, luego entramos en su núcleo central que se desenvuelve como una comedia romántica previsible con la travesía (con sus consiguientes obstáculos de hambre, sed, indios, inundaciones o traficantes de armas) de supervivencia por el desierto de un soldado (el azul por el color del atuendo militar yanqui) y una mujer que estuvo viviendo tiempo atrás con los nativos, para en su tramo final virar de modo gore hacia la representación de una matanza real de Sand Creek, uno de los incidentes más infames en la historia de USA, en el que la milicia del Territorio de Colorado bajo el mando del siniestro coronel John M. Chivington masacró un pueblo indefenso de Cheyenne y Arapaho en las llanuras de Colorado. Ello representado en lo que parece un claro antecedente de “Holocausto Caníbal” cruzado con “La Matanza de Texas”, donde la barbarie más escalofriante se desarrolla ante nuestros ojos intentando impactar al espectador y a fe que lo consigue. Lo malo es que parece esto otra película distinta a la que habíamos visto, como si al final de “La casa de la pradera” nos meten el desembarco de Normandía de Spielberg, me ha quedado esto como un parche mal colocado. Película dirigida por Ralph Nelson, con guión de John Gay (“Torpedo” o “Mesas separadas”) que adapta la novela “Arrow in the Sun” de Theodore V. Olsen (“La noche de los gigantes”), inspirado en los eventos de la masacre de Sand Creek en 1864 en el Territorio de Colorado. Nelson y Gay quieren hacer una alegoría entre la masacre de Sand Creek y la entonces latente Guerra de Vietnam, y más concretamente reflejando los paralelismos con la masacre de My Lai en 1968, donde tropas americanas dirigidas por un oficial (Alférez) sanguinario exterminó a un pueblo vietnamita.
Esta es una cinta donde su mensaje final está muy por encima de su calidad como historia, pues sí, te soliviantan esos animales con forma de soldados en medio de una carnicería, pero por el contrario durante el metraje nunca se nos han mostrado a los indígenas con carácter, son meras figuras en las que colgar la maldad blanca-racista, por el contrario los ‘héroes’ son dos personas blancas, esto me resulta grimante (también lo eran las mencionadas “Un hombre llamado caballo” y “Pequeño gran hombre”). Es una crítica ensalzable, pero a ese tremebundo rush final no se le ha sabido dar un preámbulo emocionante, por lo que cuando llega la matanza uno se siente desorientado, un salto muy brusco de lo visto hasta entonces, un tránsito comediesco con diálogos insulsos y situaciones rozando lo ridículo (como esa escena en que el soldado Honus intenta cortar a mordiscos la cuerda que ata las manos de Cresta y lo primero que hace es tapar el trasero con su escasa tela, y esto lo repite).
No ayuda a sumar (más bien lo contrario) una banda sonora estridente en lo anacrónico de Roy Budd con el añadido del tema de créditos finales de Buffy Sainte-Marie, que cada vez que suena (que es demasiado) siento que alguien le ha puesto la melodía el enemigo. La película se dispersa en diferentes tonos, para arrinconarte sin poder orgánico, traduciéndose en confusión, y llegado el tramo conclusivo te das cuenta que todo lo visto hasta entonces es morralla, trama telonera insulsa, que chica de modo estrafalario con esta aberración cometida (real).
Tampoco suman las dos actuaciones principales de Candice Bergen y Peter Strauss, no me creo a ese bellezón como experta en supervivencia, hablando de modo moderno y poco verosímil; y menos aún a Strauss de soldado, muy blandito. Aunque para contrarrestar este error de casting está estupendo Donald Pleasance en un rol que borda con esa dentadura postiza, un villano divertido y sombrío; y también cumple bien John Anderson como el Coronel Iverson (en realidad un alter ego del pérfido Coronel Chivington).
Momento recordable cuando Cresta (Candice Bergen) obligando a Honus (Peter Strauss) a pelear a muerte contra un indio kiowas, vence el soldado pero no es capaz de matarlo, por lo que lo hacen sus compañeros kiowas por la vergüenza de haber perdido, y entonces se marchan. Cresta está alborozada y se abraza a Honus, en lo que es un sentido del humor bastante oscuro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La escenificación de la masacre de Sand Creek resulta escalofriante en su crudeza, sobre todo que nada hacía presagiar lo que veríamos. Ya desde el discurso del Coronel, enardeciendo a sus tropas para que aniquilen cual alimañas a los cheyennes. Luego uno de los indios frente a las tropas pretende parlamentar llevando la bandera de las barras y estrellas y el Coronel no quiere verlo y da la orden de atacar, comenzando la carnicería humana. La sangre y el horror más vomitivo lo recubren todo, primero matando a los hombres que defendían el humilde poblado, luego exterminando a niños y mujeres, violando, amputando pechos, cortando cabelleras, decapitando, quemando a lo bonzo a indios, asesinando a niños y bebes indefensos, enarbolando como trofeos extremidades cortadas, empalado, un tremebundo disparo en un ojo de un niño, un akelarre con los soldados como maniacos psicópatas en ‘éxtasis’, que si hay Infierno debe ser esto que vemos, que estridentemente choca con el orgullo de ese Coronel que felicita a sus hombres por haber acabado con los ‘salvajes’ (¿?), mientras vemos a su tropa con lanzas empalando cráneos indios. Un festival gore que debió en su momento aterrorizar a los espectadores, pues aún hoy lo hace. Para esta escena se contrataron a gente mutilada de Ciudad de México, se emplearon maniquíes, animatronics y prótesis. Hay que ensalzar la valentía de colocar a la ‘heroica’ caballería USA como unos bestias sin sentimientos. Por si fuera poco, hay que tener en cuenta que se atenuó el horror, pues además de lo visto, se dice que arrancaron del vientre de mujeres fetos humanos, y que arrancaron genitales masculinos y femeninos.
Me queda bastante fuera de lugar su final en que Honus es arrestado y encadenado a una carreta, mientras Cresta lov e y se alegran de estar vivos, mientras él se aleja le enseña feliz el collar indio que ella le regaló y ella le sonríe, y se dicen 'Todo va a estar bien!' y 'Te veré de vuelta en el fuerte!'. Y esto a quien se le ocurrió? Ha habido una masacre de cientos de indios y para el espectador van a tener importancia estos dos blanquitos? Penoso!
En realidad el encadenado de acontecimientos que llevó a la Sand Creek no fue la espoleta del ataque al convoy de soldados. Fue realmente la llamada Masacre Hungate (11 de junio de 1864), que se le atribuyó a los pueblos nativos en la que murió el granjero Nathan Hungate, su esposa y dos hijas. Esto tuvo como consecuencia una escalada de violencia que condujo al nefasto hecho; Hay un gran error de tiempo en el guión, pues se dice que el padre de Honus murió en Little Big Horn y esto sucedió en 1876, cuando la Masacre de Sand Creek aconteció antes de esta batalla, en 1864.
Chivington pronto fue condenado por su participación en la masacre, pero ya había renunciado al ejército. La amnistía general posterior a la Guerra Civil significó que no se podían presentar cargos penales en su contra. Un juez del ejército declaró públicamente que la masacre de Sand Creek fue "una matanza cobarde y a sangre fría, suficiente para cubrir a sus perpetradores con una infamia indeleble, y el rostro de todos los estadounidenses con vergüenza e indignación". La indignación pública por la brutalidad de la masacre, especialmente considerando la mutilación de cadáveres, fue intensa. Se creía que había contribuido a la presión pública para cambiar la política india. Posteriormente, el Congreso rechazó la idea de una guerra general contra los indios del Medio Oeste.
Me queda una película muy dispersa y desequilibrada, que la hace interesante el poderoso reflejo de la carnicería de Sand Creek, como valiente modo de desmitificar el Manifest Destiny (Dogma por el que los colonos norteamericanos se creyeron con derecho divino a conquistar toda Norteamérica, excepto Canadá). Pero todo lo que hasta entonces pasa es un tanto muy débil. Fuerza y honor!!!
Me queda bastante fuera de lugar su final en que Honus es arrestado y encadenado a una carreta, mientras Cresta lov e y se alegran de estar vivos, mientras él se aleja le enseña feliz el collar indio que ella le regaló y ella le sonríe, y se dicen 'Todo va a estar bien!' y 'Te veré de vuelta en el fuerte!'. Y esto a quien se le ocurrió? Ha habido una masacre de cientos de indios y para el espectador van a tener importancia estos dos blanquitos? Penoso!
En realidad el encadenado de acontecimientos que llevó a la Sand Creek no fue la espoleta del ataque al convoy de soldados. Fue realmente la llamada Masacre Hungate (11 de junio de 1864), que se le atribuyó a los pueblos nativos en la que murió el granjero Nathan Hungate, su esposa y dos hijas. Esto tuvo como consecuencia una escalada de violencia que condujo al nefasto hecho; Hay un gran error de tiempo en el guión, pues se dice que el padre de Honus murió en Little Big Horn y esto sucedió en 1876, cuando la Masacre de Sand Creek aconteció antes de esta batalla, en 1864.
Chivington pronto fue condenado por su participación en la masacre, pero ya había renunciado al ejército. La amnistía general posterior a la Guerra Civil significó que no se podían presentar cargos penales en su contra. Un juez del ejército declaró públicamente que la masacre de Sand Creek fue "una matanza cobarde y a sangre fría, suficiente para cubrir a sus perpetradores con una infamia indeleble, y el rostro de todos los estadounidenses con vergüenza e indignación". La indignación pública por la brutalidad de la masacre, especialmente considerando la mutilación de cadáveres, fue intensa. Se creía que había contribuido a la presión pública para cambiar la política india. Posteriormente, el Congreso rechazó la idea de una guerra general contra los indios del Medio Oeste.
Me queda una película muy dispersa y desequilibrada, que la hace interesante el poderoso reflejo de la carnicería de Sand Creek, como valiente modo de desmitificar el Manifest Destiny (Dogma por el que los colonos norteamericanos se creyeron con derecho divino a conquistar toda Norteamérica, excepto Canadá). Pero todo lo que hasta entonces pasa es un tanto muy débil. Fuerza y honor!!!